Las manos negras de los medicamentos y algo más...

Ya no es un secreto. Todo el mundo sabe que el comercio de los remedios que alivian el dolor de los enfermos, se concentra en las tres cadenas de farmacias que cubren un 93% de la venta. Las cadenas Farmacias Ahumada, Salcobran y Cruz Verde, se pondrían de acuerdo –no cabe duda, dicen los usuarios- para etiquetar los remedios con altos porcentajes respecto al valor que los adquieren en los centros de venta de los laboratorios y lugares del Estado. ¿Los protege la ley de libre mercado?
Como en todas partes, en Chile se enferman tanto ricos como pobres y pareciera que los primeros compran en esas tres grandes cadenas farmacéuticas y los segundos en las boticas de barrio o en las del Dr. Simi.
En este baile de ficción de poner precios altos a los medicamentos a destajo, hay involucrados una amplia gama de personajes, empresarios y profesionales, más los empleados y su “canela”. (Porcentaje que entregan ciertos laboratorios a quien venda sus productos). Hasta programas de radio han desenmascarado a las farmacias aliadas, por los constantes llamados de los auditores que se sienten estafados por los precios de los medicamentos.
¿Por qué los precios han subido tanto? Sólo las cadenas saben el motivo.
En el país, los laboratorios farmacéuticos producen medicamentos de calidad, que están bajo las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y esos medicamentos se entregan a un precio determinado, justo, a las cadenas y ellos ponen el precio final al público.
Existen denuncias de usuarios que han relatado sus experiencias a “Podría ser mejor”, un programa de radio Bio Bio, en que señalan que un medicamentos de valor cercano a los $1600 se pueden encontrar a más de $7.000 en algunas de las farmacias de la cadena. ¿Cuál es el porcentaje de ganancia? Muy alto.
Otra de los reclamos señala que farmacias de ese tipo tienen las fotocopias de las recetas de médicos, las que ponen en una base de datos para venderlas a laboratorios, los que saben qué tipo de medicamento receta cada médico. ¿Cómo puede ser eso? ¿Están autorizados los dependientes de esas farmacias para violar la privacidad de los médicos y la del comprador?
¿Cómo lo hacen?
En el programa citado señalaron un ejemplo: “Entra una señora a la farmacia, entrega la receta y el dependiente se la lleva hacia el interior, mientras se supone que va a buscar el remedio, saca una fotocopia de la receta, deja una en el local y entregan el original al paciente, que no tuvo idea, ni le pidieron permiso para esa acción. La finalidad es armar una base de datos y con esos antecedentes saber la enfermedad de la paciente, por ejemplo, que es hipertensa, etc”.
Pareciera que hay una suerte de cerebro que vigila y sabe todo, sólo con el número de Rut y la receta. Hasta pueden calificar al médico qué remedios está recetando o no. Puede ser que no haya un control adecuado en ese tipo de instancias, pero se debe averiguar.
La existencia de un oligopolio en el tema de las farmacias, ya no cabe duda.
Y se les viene un futuro pesado, ya que la autoridad está seriamente proyectando entrar al negocio de las farmacias y vender los medicamentos en forma directa al público, a precios reales, bajos y al alcance de aquellos más necesitados. Es de esperar que así sea.