La Familia, ¡No dejemos que se pierda su sentido!

Con la modernidad la visión de familia, se ha hecho extensiva a todo grupo que se aprecie de tal, ya no es necesario la existencia de padre, madre e hijos. Toda unión de núcleo de amor "es familia", y aquí viene lo interesante, ya no es importante la línea sanguínea que hacía restrictivo el sentido de la palabra, ahora todos somos parte de varias familias, formados por el impulso de amor sin restricción alguna.
En términos estrictos y más bien jurídicos diríamos que madre e hijos o niños al cuidado de algún adulto responsable. Pero, personalmente yo he conocido muchas familias y hasta pertenezco a algunas en las que me encantaría haber nacido, pero ahora que me siento parte y me reconocen como tal, por nada en la vida dejaría de pertenecer.
La familia es un sentimiento de sentirse parte y partícipe de algo mayor, algo que defendemos con la convicción de que vale la pena, esa y muchas, muchísimas penas más. Pero, es tan triste, como cada día en las noticias nos llenamos de información que atenta contra este valor, la figura difundida por los medios de comunicación como Femicidio, atenta contra tantas mujeres; separaciones, divorcios, hijos que se van de la casa, tantas formas de división de abandonar la misión con un solo detonante, LA COMUNICACIÓN.
Por qué sacrificar un futuro de compañía, de buenos momentos, por no pedir perdón o reconocer que se cometen errores, puede más el orgullo y la preocupación por uno mismo que nos pone en un lugar individualista y de permanente competencia, que vulnera las relaciones familiares y deja hogares desunidos y personas con destinos separados, y seguramente con tanto dolor y pesar por el pasado, que resiente en su persona para en el futuro formar familia.
Este es un llamado de atención a los padres, adultos o quienes se sienten miembros de una familia; acompañen a sus seres queridos, no abandones a niños y jóvenes por sentir que no los comprendemos, no dejemos a medio camino la tarea de enseñanza permanente. Los niños tienen la inocencia que nosotros con los años perdemos y los mayores tanto padres, tíos, abuelos tienen la experiencia que a nosotros los jóvenes nos falta, volvamos a sentirnos orgullosos de ser y pertenecer, sin importar raza o condición, clase... éstos son sólo calificativos de vanidad, lo realmente importante es el amor, lo que tenemos cada uno que entregar y del que todos tenemos algo que decir.
No quisiera terminar, sin señalar lo importante que son los grupos de amigos, del barrio, a los vecinos, tanta gente que también son familia, nuestra familia.