Al estilo Iraquí: Vecino le lanza zapato al alcalde de Vicuña

Una bochornosa situación se vivió cerca de las 21:30 horas del miércoles en la Plaza de Armas de Vicuña mientras se realizaba una ceremonia oficial organizada por el municipio local con ocasión del nuevo aniversario de la ciudad. En pleno desarrollo del acto un vecino lanzó su zapato al alcalde Fernando Guamán, mientras gritaba algunos improperios.
Así lo informó el Fiscal de Vicuña, Darío Díaz Peña y Lillo, durante la audiencia de control de detención y formalización de la investigación por el delito de desorden público contra el sujeto que protagonizó dicha situación.
En su exposición ante el juez del Juzgado de Garantía, el fiscal señaló que Alejandro Leonel Rivera Rojas (43) arrojó un zapato (chala) al alcalde mientras éste se dirigía al público, sin alcanzarlo, a la vez que gritaba “alcalde ladrón, sinvergüenza, a nosotros no nos premiaste” (Refiriéndose a su club deportivo). Luego de este incidente el individuo fue detenido por carabineros que se encontraban de servicio en ese lugar y trasladado al cuartel policial. El relato causó una natural sonrisa del juez y de los presentes, al igual como sucedió en el acto público
Durante la audiencia las partes acordaron fijar un plazo de 60 días para la investigación durante la cual el audaz vecino no deberá acercarse al alcalde ni ingresar al edificio municipal ni tampoco salir del país. Rivera Rojas no cuenta con antecedentes policiales y registra su domicilio en Avenida Las Delicias, frente al cuartel policial.
Al término de la audiencia el fiscal manifestó que el autor, quien al momento de los hechos estaba bajo los efectos del alcohol, se expone a una pena de 61 a 540 días de presidio. Además indicó que se harán algunas diligencias y eventualmente algunas audiencias durante el procedimiento para buscar una salida alternativa o condena.
Por otra parte dos sobrinas que se encontraban en la audiencia explicaron a la prensa que su tío padecía de esquizofrenia a raíz de un accidente en un taller mecánico que sufrió el año 1986 y por lo cual lleva un tratamiento en el Hospital de Vicuña. Además precisaron que era alcohólico y fanático del Club Deportivo Joaquín Vicuña Larraín, el cual no fue premiado en la ceremonia oficial y por ello su reacción de descontento.
De comprobarse en una audiencia la supuesta enfermedad del acusado, éste podría quedar exento de responsabilidad penal y no ser objeto de alguna condena por lo sucedido en la Plaza de Armas, cuando se premiaba a los mejores deportistas de la comuna.