Honorables Senadores: ¿Diaguitas sin urgencia?

La UNESCO declara a 1993 como el "Año Internacional de los Pueblos Indígenas", se inicia a nivel mundial la tarea de rescate de las culturas locales.
El 28 de septiembre de 1993 se promulga en Chile la Ley Indígena, N° 19.253; el 05 de octubre del mismo año es publicada oficialmente.
Se realizaron modificaciones a la misma en 1998. PERO, algo relevante aún está en "espera", el reconocimiento de la "existencia y atributos de la etnia diaguita y la calidad de indígena diaguita (Boletín Nº 3.023-01)".
El 15 de julio de 2004 la Cámara de Diputados aprobó este reconocimiento y, por ende, la modificación a la ley. Se cumplirán dos años y el trámite se presenta como "SIN URGENCIA", permanenciendo en la etapa "segundo trámite constitucional, Senado".
¿Quién decide la URGENCIA?
Numerosas familias descendientes Diaguitas, niños y jóvenes estudiantes, hábiles, capaces, sin mayores recursos, "esperan" la posibilidad de optar a becas indígenas. Familias que no tienen títulos de dominio, ni acceso a subsidio habitacional, "esperan" por el rescate de sus tierras patrimoniales, ardua tarea para Bienes Nacionales y privados. Familias y eventuales agrupaciones Diaguitas "esperan" un marco legal para establecerse y generar posibilidades de desarrollo laboral-cultural.
Según se indica en el sitio web del Senado el trámite se incluyó para Legislatura Extraordinaria 352. Me pregunto: ¿el trámite quedó para Legislatura Extraordinaria 352 del período de 18-09 2004 a 20-05 2005? ¿Qué se resolvió?.
Sería interesante comprender si el tema en cuestión se ha detenido por intereses políticos, económicos y/o cultural-científico.
Menciono el tema político, ya que una notable impulsora de la modificación a la Ley Indígena fue la Sra. Yasna Provoste Campillay, ex-intendente de la Región de Atacama, descendiente Diaguita comprometida fielmente con la población de su región; es obvio que por medio está el poder y los intereses de diversa índole. Señalo el tema económico, puesto que la incorporación de los descendientes Diaguitas a la ley implica el saneamiento de propiedades que pertenecen a las actuales generaciones de esta etnia y no están en sus manos legalmente, perdiendo posibilidades de producción que por herencia le es propia; además, hay tierras que debiesen ser protegidas por ser patrimonio cultural, tal como las tierras del conflicto Pascua-Lama. Respecto a lo cultural-científico, en este caso, creo es el aspecto centro de los resquicios para "manipular" la decisión. Razones:
- ¿Se cuestiona el concepto de etnia? Si es así, aún tenemos en la mente un concepto arcaico, el mundo se ha civilizado y los descendientes de los pueblos indígenas se insertan naturalmente a una sociedad cambiante.
- ¿Es deseable una etnia pura? Imposible. El mestizaje ha alterado la pureza de los pueblos.
- ¿Hay dudas respecto a la sanguineidad?. La ley indígena no lo exige. De todos modos existen las pruebas médicas para depurar. Aún así, los genes se manifiestan en el tiempo, continúa el arte, el altruismo, las capacidades intelectuales en los descendientes Diaguitas, lo que hoy llamamos "capital humano".
No tenemos que "esperar" cada 12 de Octubre, Día de la Raza, para releer románticamente lo que dice la ley:
"Es deber de la sociedad en general y del Estado en particular, a través de sus instituciones respetar,
proteger y promover el desarrollo de los indígenas, sus culturas, familias y comunidades, adoptando las medidas adecuadas para tales fines y proteger las tierras indígenas, velar por su adecuada explotación, por su equilibrio ecológico y propender a su ampliación"

Las familias, descendientes Diaguitas "esperan" la decisión del Senado, entre ellas: Albayay, Alquinta, Campillay, Cuturrufo, Liquimay, Liquitai, Payacán, Tamayo, Taquias, Sapiain, Sasmaya, no sólo de las regiones originarias, sino de todo el país.