Comienza mes de la solidaridad

- Don Alejandro, ¿por qué celebramos en agosto el mes de la solidaridad?
En agosto, la Iglesia recuerda a San Alberto Hurtado, que fue Apóstol de la solidaridad. También el Supremo Gobierno, hace algunos años atrás, designó el día de su Pascua, su muerte, el 18 de agosto, como el Día Nacional de la Solidaridad.
En este contexto la Iglesia ha señalado el mes de agosto dedicado íntegramente a vivir la solidaridad, actitud que por supuesto debe vivirse los 365 días del año, pero hay acciones concretas particulares que se celebran durante el llamado Mes de la Solidaridad.
- ¿Cómo podemos, especialmente en este mes, encarnar el mensaje de San Alberto Hurtado?
Fundamentalmente con una actitud del corazón, ponernos siempre en el lugar de los otros, en el lugar de los más pobres, en el lugar de los que sufren y ver concretamente que puede hacer uno.
En la programación del mes de la solidaridad de la Fundación Cáritas y Acción Social de nuestro obispado hay una serie de actividades, los invito a informarse de todas ellas y participar de manera eficiente y concreta. Participar en la Semana Social, que se va a desarrollar del 6 al 11 de agosto, en el llamado té solidario, en la visita a los hogares para descubrir al interior de ellos los rostros concretos que toma la pobreza.
Se trata de una actitud que supone ponerse en el lugar de los más pobres, como lo decía San Alberto Hurtado, y preguntarse ante tal o cual drama humano: ¿qué haría Cristo si estuviera en mi lugar?
- ¿En qué acciones y actividades concretas nos invita a participar nuestra Iglesia Diocesana en agosto?
En el mes de agosto tenemos diversas actividades: la primera semana hay toda una motivación para una vivencia más profunda y eficaz de la fraternidad sacerdotal y al interior de la Iglesia Diocesana; en la segunda semana, del 6 al 11, vamos a celebrar la primera semana social de este siglo, con el titulo “La Dimensión Social de la Fe”, para que la gente logre comprender que el Evangelio tiene una proyección social, habrá unas fichas para reflexionar en cada grupo organizado de la diócesis, y el jueves 10 habrá cinco conferencias simultaneas sobre este tema en Rancagua, San Fernando, Rengo, San Vicente y Santa Cruz; en la semana del 12 al 19, se va a realizar la semana propiamente de la solidaridad, con el Té solidario, con la Misa del Voluntariado y, especialmente, el Día de la Solidaridad, el 18 de agosto, habrá una serie de acciones litúrgicas y acciones concretas de solidaridad, también vamos a tener una colecta pública de la Fundación de Acción Social diocesana, para que a través de esta generosa ofrenda puedan desarrollarse una serie de programas al servicio de los más pobres; y finalmente la última semana, tendremos acciones que hemos denominado “Familia Solidaria. Semana de Evangelización y Solidaridad”, en la que se fomentarán acciones de compartir convivencia y oración familiar. En síntesis, son una serie de actividades que se han programado, por lo tanto cada uno debe acercarse a las parroquias para conocerlas y participar activamente.
- Y finalmente monseñor, quisiéramos que invitara a los católicos y personas de buena voluntad a fomentar y vivir la solidaridad en agosto y ojalá, también, en el resto del año.
La solidaridad, como decía, es una actitud del corazón. Uno o vive sólo para sí, y eso en clave de fe es egoísmo, o uno vive para los demás, y eso en clave de fe es el amor. San Alberto Hurtado nos enseñó a dar nuestra vida, él decía “darse es cumplir justicia”, nadie puede vivir solo, estamos hechos para compartir con los demás, y un corazón creyente y un corazón aunque no tenga fe pero sensible a los demás tiene que preocuparse por los que sufren, por los enfermos, por los ancianos, por los niños. Por lo tanto, la actitud fundamental de este mes de la solidaridad y de todos los meses de los años de la vida de cada ser humano es vivir en esa actitud de entrega solidaria para crear un mundo más fraterno, más humano, más dignificador de cada persona.