Sueños en tránsito

24 Diciembre 2006
¿Ha intentado desplazarse entre La Serena-Coquimbo alguna madrugada durante días de semana y sobretodo en invierno y no posee auto? Si la respuesta es afirmativa, entonces se deleitará montones con esta columna.
Jorge Trujillo >
authenticated user Corresponsal
Av. Francisco de Aguirre, 23:30 horas, después de una ardua jornada de trabajo, de juerga o de lo que sea, algunos coquimbanos rezagados que no alcanzaron a desplazarse a sus casas en la última micro disponible, esperan el colectivo que los llevará a sus moradas. No obstante, los minutos pasan y no se ve ningún colectivo a la vista.
"A esta hora precisamente empiezo a vender más" comenta el vendedor del carrito rojo, un ya clásico nocturno para los desafortunados pasajeros que ven cómo el tiempo se les pasa en una larga y aburrida espera, mientras procuran saciar su hambre con algún sandwich o golosina.
24:00 horas. Raudos llegan algunos colectivos que habían permanecido ausentes durante una hora exacta, apareciendo mágicamente justo en el momento en que las tarifas aumentan de $550 a $700. Qué coincidencia, pensarán algunos desconfiados.
Ante tan esperado arribo, comienza un show de codazos y empujones donde las consideraciones más mínimas de buena educación y decencia ceden ante el impulso desesperado e irrefrenable de volver a casa. No importa quién lleve esperando más tiempo, no importa a quien se está pasando a llevar, sea una señora de edad avanzada o un joven universitario, lo único que importa es agarrar un lugar en el colectivo.
Tras aquella especie de batalla campal, los perdedores retroceden, pero su vista permanece clavada hacia el oeste. Nuevamente los colectivos desaparecen, nuevos participantes se unen a la lucha por llegar a casa, algunos de ellos entre ironías se van conociendo y se van agrupando para enfrentar juntos el duelo que se avecina.
01:00 horas. Ni rastros de los colectiveros fantasmas, pero en su reemplazo se acercan algunos radiotaxis con la promesa de llevar a los pasajeros a destino...por el módico precio de $1000. " Y de repente sólo llegan hasta los semáforos de Alessandri, dicen que allí termina el servicio y uno se ve obligado a rezongar" reclama uno de los afectados.
Algunos obviamente caen. Los más suspicaces sospechan de un acuerdo tácito entre el gremio de colectivos La Serena - Coquimbo, la única línea existente, y alguna que otra empresa de radiotaxis. Y se resignan a seguir conversando y consumiendo calóricos para matar el tiempo y alivianar la inhumana espera, hasta que algún colectivero se digne a aparecer.

Comentarios

Imagen de laker

Acaso no estamos bajo el

Acaso no estamos bajo el libre mercado, el que tiene sed que baje al rio.......

Pongamosnos en el lugar de los colectiveros, mientras mas tarde mas plata ganan y eso a que se debe.....a que en estes pais hay que lucharla para sobrevivir siempre mirado de la optica del mas pobre, porque los que tienen plata no se preocupan de estos temas es algo desconocido para ellos y los que si deberian estar al tanto seguramente estan inventando una nueva forma de desviar recursos publicos para las proximas elecciones.........ah como estos tienen el auto y la bencina gratis...

ok.

pd: si el Observatodo pretende ser pluralista entonces publiquen lo que uno escribe y no sean como el otro Diario regional que antes de publicar algo corre a los pies de algunos seudo poderosos a preguntar si pueden o no pueden.

gracias.

Imagen de Pilar Medina

buenísimo tema...un

buenísimo tema...un problema de esta región es su pésima locomoción y además cara... sin duda muchos piesan igual que tú

Imagen de Cristián Pizarro.

excelente columna estimado

excelente columna estimado Jorge. Siempre me he percatado de lo mismo. A veces a mi me ocurre lo mismo cuando quiero tomar el colectivo, pero afortunadamente respetamos nuestros turnos de llegada y si alguien se sobrepasa... simplemente se le paran los carros.

Pero fue un escrito muy ameno y entretenido....