Siete años encerradas por su madre a oscuras y entre basura

15 Febrero 2007
La realidad de tres niñas en Austria.
Sebastián Castillo >
authenticated user Corresponsal
La reclusión forzosa durante siete años de tres niñas por parte de su madre, divorciada y enferma mental, cerca de la ciudad de Linz, es un nuevo capitulo en la era de los secuestros.
En un pueblo cercano a Linz, tres niñas de 6, 10 y 13 años al comienzo de su reclusión tras el divorcio de sus padres en 1998, han sido obligadas a vivir en la oscuridad entre desperdicios y ratones, según los detalles publicados en los periódicos.
La madre, una jurista de 53 años, había obtenido autorización para educar a las niñas en la casa, lo que le permitió tener control total sobre sus hijas.
Las tres menores, no obstante, nunca se presentaron a los exámenes. Su madre firmaba justificantes por enfermedad para excusarlas.
Sin embargo, la madre sí respondía con regularidad a las citaciones del juzgado que le ordenaba presentar a sus hijas.
El año 2005, tras queja de los vecinos se hizo una inspección en la casa y se dio la liberación de las 2 niñas más jóvenes, quienes a su salida hablaban un dialecto que ellas mismas habían creado y no soportaban la luz del sol, según el diario Österreich.
Tiempo antes, un veterinario había logrado entrar a la casa luego de que vecinos avisaran que en esa casa se maltrataba a un perro y a un gato.
“Pese a las informaciones alarmantes suministradas por este veterinario, las dos niñas más pequeñas quedaron otros cinco meses enclaustradas por su madre”, antes de serle retirada la custodia en 2005, cuenta Margreth Tews, asistente social y tutora designada de las niñas. La mayor de las adolescentes no pudo ser liberada,ya con 21 años, hasta 2006. Sufre importantes problemas psíquicos.
“Los servicios de protección de la infancia han estado informados de este caso particular desde 2001”, afirma la asistente social. “Haría falta saber cuántas veces estos servicios entraron efectivamente en la casa para dar cuenta sobre el terreno” de la situación, se interroga la asistente social, cuestionando el trabajo de estos funcionarios.
Las tres niñas viven hoy en día en centros de educación especial donde han retomado sus estudios y cuentan con asistencia psicológica. La madre permanece en prisión preventiva en un centro especial de Carintia desde hace un año y, según Tews, podría ser incapacitada y exonerada de culpa.