Llaman a Protestas contra el Transantiago

Bajo el Transantiago

Toda ciudad guarda en sus subterráneos lo que sabe que tiene, pero que ignora en medio de su rutina asumida u obligada; toda ciudad tiene una agenda para los ojos de quienes la viven a diario y otra agenda oculta que refleja un accionar que nunca se ha traducido en políticas a favor de una calidad de vida real, no virtual.

Hoy asistimos a la puesta en marcha de un plan revolucionario en materia de transporte público en la Región Metropolitana, transporte público que, dicho sea de paso, no es el que utilizan los grupos fácticos ni los que generan opinión pública; dicho transporte público lo usa la mayoría de una clase trabajadora y estudiantil que se desplaza obligadamente de extremo a extremo; es decir, desde un punto de origen habitacional hasta un punto de destino laboral-educacional.

Este plan deja al desnudo lo que para muchos es evidente: la sobrepoblación, la mala distribución habitacional, nulas políticas de desarrollo urbano con integración. Deja en evidencia que las oportunidades están en uno de los extremos de la capital del país y no dentro del radio de las comunas.

Hoy asistimos a un Chile que no queremos ver o mejor dicho, que sabemos que está ahí, pero en el cual priman intereses individuales por sobre una vida con sentido de comunidad.

Dudo, por otra parte que sean los(as) propios(as) afectados(as) por la implementación de este plan quienes protestan; por su naturaleza, estas protestas o quemazones de neumáticos y destrozos, responden al aprovechamiento de grupos violentistas, sin capacidad de propuestas o simplemente el lumpen que está muy lejos de querer integrarse, valorar y ser parte de los procesos ciudadanos o de mejor ciudad.

Los medios de prensa hasta el cansancio han dado cobertura a los inconvenientes generados la puesta en marcha de este plan; los agoreros de siempre roban cámara; los críticos e interesados políticos, que sacan cuentas electorales se apresuran en dar extensas entrevistas. Se nota la falta de profundidad, una mirada a la CAPITAL que se ha construido. No hay ninguna referencia a la necesidad de apostar, aunque sea en forma tardía (algunos dirán ingenua), a la generación de políticas que apunten a un desarrollo urbano que INTEGRE, en vez de segregar.

Róbinson Hernández Rojas