Juntos pero no revueltos

03 Abril 2007
Si bien el concubinato no es mi estilo personal, me dediqué a escuchar atentamente a todos aquellos amigos que, entre felicidad y quejas, hablaban de su experiencia al compartir no sólo la cama, sino que además el departamento.
Pamela López >
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El dicho versa así: dos son compañía y tres son multitud. Bueno nadie dijo nada de lo que es una sola persona, pero me imagino que eso describe mi situación habitacional actual. A pesar de lo que yo pueda hacer, que por lo general es lo contrario a lo que debería, estoy en esa edad insoportable en donde hay un afán, insoportable también, por irse a convivir en pareja.
Si bien el concubinato no es mi estilo personal, me dediqué a escuchar atentamente a todos aquellos amigos que, entre felicidad y quejas, hablaban de su experiencia al compartir no sólo la cama, sino que además el departamento, con ese de quien creen estar enamorados.
Lo primero que descubrí es que los clichés son ciertos. Vale decir: sí, por una extraña razón los hombres creen que dejar la tapa del WC arriba es algo poco trascendental. La verdad es que no sé qué es lo molesto de eso, pero efectivamente es algo que podría llegar a perturbarme. No sé si es porque el feng shui dice que las energías se escapan por ahí, o porque es asqueroso tener que tocar la segunda tapa del water... ¡Por favor! Es el lugar donde la gente pone sus partes privadas. En resumen, mientras menos una tenga que manipular las tapas mejor.
Sí, hay gente que no tolera que la pasta de diente se apriete en cualquier lado del tubo. A mí, en lo personal, no me molesta. La verdad es que cuando se empieza a poner más flaco el envase, éste tiende a caerse del vaso donde se deja. Así es que decidí que en algo así puedo transar.
Sí, tampoco es bueno, en general, dejar los fósforos usados dentro de la caja. Ésa sería sin duda alguna una excusa para dejar de vivir con una persona. Lo encuentro casi tan terrible como dejar la comida en el refrigerador sin tapar (para eso existe el maldito alusa plast, además no hay nada más asqueroso que la comida media dura).
Y sí, ir al supermercado y adecuar los hábitos alimenticios puede ser un caos. Es increíble la cantidad de hombres que detestan los productos light.
Un animal siempre puede ser un pie de discusión. Yo siempre he pensado tener un gato. Amo los gatos por que son animales independientes y no tengo que cuidarlos, y para estar cuidando animales prefiero cuidar un niño. Lo cierto es que siempre que he tenido gatos han terminado por alejar a mis posibles candidatos o aspirantes a pololo. No sé porqué los hombres tienen una alergia declarada a los mininos y la única gata fiera que quieren es a una. Incluso, tengo serias sospechas de que uno de mi últimos pololos mató a mi último gato. Todavía recuerdo haberme levantado a las cinco de la mañana para ver el matrimonio real de Leticia y haber encontrado el cadáver de Cirilo -el gato- en el piso helado del baño. Lo tiré por el incinerador y aún tengo pesadillas con eso.
A pesar de todo esto, una de las cosas que más me llamó la atención en mis entrevistas a jóvenes parejas de amigos es la cantidad de papel confort que usamos las mujeres. La mayoría de los hombres confesó que nunca pensaron tener que comprar tanto papel que ni siquiera alcanzan a ocupar. ¡¿Qué hacen las mujeres con el papel confort!?
Eso, en realidad, es un poco aterrador. Ahora bien, la respuesta es simple. A diferencia de los hombres, las mujeres nos limpiamos después de ir al baño. Además con algo hay que envolver las toallas higiénicas, hay que sonarse, apretarse los puntos negros... ¡qué se yo! A mí no me es indiferente si el papel es suave o duro… o sea, lo voy a tener entre las piernas por lo menos tres veces al día, más de lo que podría estar cualquier pareja con la que uno viva.
Otro de los problemas en cuestión, terminaron siendo esos miles de hábitos privados que una tiene y que no se da cuenta de lo privados que son hasta que tienes a otro las 24 horas del día a tu lado. Son esos pequeños placeres que una prefiere hacer sin que la miren… comer de más, depilarse, reventarse los puntos negros, eructar, sacarse con pinzas los pelos de todas esas partes que sólo una ve, cortarse las uñas, hacerse una mascara de belleza, probarse la ropa con la que una jamás saldría a la calle, cantar frente a un espejo, bailar en el living, dormir con la boca abierta y babeando la almohada, roncar, hacer del número dos sin pensar en el olor que va a quedar, etcétera. En definitiva todas esas libertades que en los hombres son un misterio para mí, pero que si alguien quisiera aportar con sus confesiones sería muy útil para descifrar el mundo masculino.
Alguien muy sabiamente dijo: “mejor solo que mal acompañado” y la verdad es que en término de convivencia una se puede dar cuenta de qué tanto está dispuesta a sacrificar en pos del otro.
La verdad es que nunca he vivido con otra persona, y me imagino que debe tener cientos de ventajas y regalías. Finalmente, si hay amor, se puede llegar a cualquier acuerdo. Por el momento, necesito todo el clóset para mí y amo poder bailar reggaetón frente al televisor.

Comentarios

Imagen de pamela

Tocaya estimada, estoy

Tocaya estimada, estoy profundamente relajada, lo unico que me molesta es que mujeres eventualmente inteligentes como tu (digo eventualmente, ya que como no te conozco, no puedo realmente evaluar ni tu trabajo profundamente exhaustivo de investigacion en un teatro, ni tu inteligencia) aparezcan como perdidas en la vida y las relaciones con los hombres y hagan de eso un tema de lucha o para inspirar lastima.

Tu idolo en la vida debe ser Consuelo Aldunate o mejor todavia, alguna de las de Sex and the city, right ?

PD. Que se investiga en un teatro ????

Imagen de Eloy García Calleja

Pamela, que no López, no me

Pamela, que no López, no me estropées un rato de sano esparcimiento en el que cada uno, sin hacer daño a nadie, se echa para atrás disfrutando un spaa intelectual de bajo nivel.

Pero como veo tu necesidad de lo denso y profundo, te voy a dar un regalo, gratis, pero regalo al fin.

Entra a http://www.casildarodriganez.org/libros2.html y bájate "El asalto al Hades" de Casilda Rodrigañez.

Te va a encantar.

Luego, más calmada, cuéntanos.

Imagen de Javier Villalobos

Yo creo que todos tenemos

Yo creo que todos tenemos dos alternativas. O somos tercos y esperamos que la otra persona se acostumbre a nosotros o también cedemos y cambiamos. Creo que a amar se aprende y pensar que alguien me ama si me acepta tal como soy es un "cliché" para las personas flojas o que tienen mucho temor a exponer su emocionalidad. ¿O acaso creen que se mejora la especie sólo con el intercambio genético?.

Imagen de DINO ALKAWIN

Hola Pamela López (para

Hola Pamela López (para diferenciar de "pamela" que supongo es otra). Es natural que a tu edad, puedas ver esas cosas como repugnantes de alguna forma, o que creas que "eso" hace la diferencia. Yo ya estoy de vuelta de los 40 y con casi 20 años de matrimonio (con la misma, por si aca) creo que te puedo orientar un poquito.

Siento que el temor al compromiso serio y esa facilidad con se juntan y se separan actualmente, provoca que se preocupen por detalles, que mirados dentro del contexto general no tienen ninguna importancia.

Cuando uno decide convivir con alguien, me parece un compromiso serio, porque si de satisfacer deseos sexuales o ahorrar para el futuro se trata, estamos mal y ese compromiso es porque LA MAYORÍA de lo que esa persona hace, dice, quiere o disfruta etc. te gusta, en otras palabras, amas su interior mas que nada. En mi caso y perdona que no sea específico, tengo tantos defectos como mi señora, sin embargo, hemos aprendido a convivir soslayando todo ese tipo de problemas tontos. También es cierto que hasta el día de hoy me incha, que éste es el paño de las manos y que no ande a pata pelá y otras muchas manías que por pudor prefiero no comentar, pero lo que es yo me río solamente. Ésas son las cosas que constituyen un hogar, la quiero tal cual y difícilmente encontraría a alguien similar. De echo, el otro día pensaba qué pasaría conmigo si algo le sucede y tengo que buscar otra pareja... mmm no sé, ¿cómo se vuelve a pololear después de 20 y tantos años?.

Claro que todos los casos son distintos, cuando seas capaz de obviar ésos detalles y al mismo tiempo la otra persona sea capaz de aceptar algunos y obviar otros, quizá sea el momento de pensar en algo mas definitivo, por mi parte, estaría dispuesto a ceder "hasta el control remoto" si de la felicidad de mi mujer y mis hijos se trata, porque nada material he encontrado, que sea capaz de reemplazarlos y conste... conviví casi un año antes de casarme. Con respecto a los clichés eres capaz de compartir todos tus fluidos ¿pero no tocar la tapa del wc?, un par de fósforos quemados ¿influyen en tu ánimo?, un poco mas o menos de confort ¿tiene tanta importancia?, por favor, si es así mejor no se casen o convivan, lo único en que estoy de acuerdo es que yo... odio a los gatos...jejeje.

Imagen de Pamela López

estimada tocalla: como

estimada tocalla:

como verás hay mucha literatura, de gente muy inteligente por lo demás, que se hace en base al cliché... es el caso de connotados autores como Isabel Allende o por que no gente como Vladimir nabokov. También el cine norteamericano actua de la misma forma, al igual que las teleseries las canciones etc.

por otro lado, me parece bastante machista hablar sobre las mujeres como seres que comunmente escriben cosas estúpidas, lo que denota tu comentario de "algo inteligente para variar". bueno, cosas inteligentes hago todo el día, trabajo en el departamento de investigación de un prestigioso teatro y mi espacio de "para variar" es precisamente esat columna.

espero que te relajes, la leas, o por el contrario optes por ver a cristían warnker en su hermoso programa del cual soy fan.

saludos y una abrazo grande.

Pamela López

Imagen de pamela

Puros cliches. Puros temas

Puros cliches. Puros temas requeteusados. La pasta de dientes, la tapa del baño y el control remoto. Faltaron las lecciones de manejo y el desorden. Mujeres, escriban algo inteligente para variar !

Imagen de Eloy García Calleja

El sutil reto que

El sutil reto que encubiertamente lanzas, más tu fluida prosa, me obligan a contestar algo que yo también en muchos casos he meditado.

Para el hombre, y estoy generalizando, creo que el baño es un santuario.

Para la mujer también, pero dadas las características felinas que tú demuestras, la territorialidad queda ampliada al ámbito total del apartamento.

En un matrimonio, esa territorialidad choca con la indefectible victoria femenina.

Para el hombre casado sus espacios quedan muy limitados. Generalmente a su sillón, frente a la tele, para hacerse el sordo; espacio otorgado por su mujer a cambio del control remoto. Este solamente se recupera bajo estertores y gruñidos pero solamente por un corto espacio de tiempo.

El baño también es espacio masculino, pero solamente bajo llave, pues de lo contrario su dominio quedaría rápidamente acortado al ser arrojado del mismo, con un enérgico ?¡egoísta!?.

Cuando el hombre queda en su sagrado recinto, hace cosas similares a las que hacen la mujeres tales como empelotarse, dar permiso a la expresión libre de todos los agujeros de su cuerpo, saludar a su doble en el espejo, etc. Luego pasa a revisar si los frascos, tubos y cualquier otro tipo de contenedor quedó bien cerrado. Esto es algo que la mujer no aprecia pero los hombres si.

A través de mis años he encontrado la posición femenina de evacuación de líquidos bastante más higiénica y cómoda, llegando, en algunos casos, hasta el ahorro de agua, ¡que tan escasa anda!

El apretar la pasta de dientes por diferentes partes, lo considero macabro además de antiestético.

En efecto, los hombres consideramos los productos light antinaturales puesto que además de tenernos que tragar todas las misteriosas y desconocidas manipulaciones por la que pasan nuestros alimentos empaquetados, (esto es un pensamiento masculino) al llegar a lo light, significa que masoquistamente estamos permitiendo que le sigan metiendo mano a lo que más tarde nos vamos a meter en la boca.

Para los que hemos bebido leche directamente de la vaca, es difícil explicar, como le tuve que explicar a mi hijo el otro día, acerca de la diferencia de sabores entre la vaca natural y la de cartón.

En mi casa hay una gata, pero no la tolero porque no me gustan los gatos. Ella lo sabe y, como femenina, siempre viene a saludarme y a rendirme pleitesía como el hombre de la casa. Claro que ella no entiende lo del sillón, la cerradura del baño ni el control remoto, de lo contrario otro gallo cantaría.

En realidad Pamela, lo que presentas es un problema de espacio: el hombre se las pasa el día rayando la cancha y la mujer desbordando y negociando fronteras.

La mujer no se cansa y el hombre sí.

Ese es el momento en que la mujer piensa que su matrimonio está arruinado: cuando el hombre tranquilamente dejó de rayar la cancha.

Yo he logrado mi balance aceptando un sillón totalmente simbólico más una pequeña habitación. Es tan pequeña que no hay nada que rayar.

Cada vez que alguien trata negociar sus fronteras, disparo a matar.