¿Tu hijo o hija ha sufrido de acoso escolar?

“Se entiende por acoso escolar el hostigamiento y maltrato verbal o físico entre escolares de forma reiterada en el tiempo. Para que ocurra debe haber un sujeto acosador, una víctima y un conflicto de fuerzas. El sujeto maltratado queda expuesto física y emocionalmente ante un sujeto maltratador”. (Wikipedia)
Cuando un hijo o hija sufre de este acoso, lo primero que debemos hacer como padres es pedirle al niño/a que describa la situación que vivió. Determinar si sufre de una agresión física o verbal y que él pueda desahogarse en la sensación que experimenta. Esta es la única forma de que evacue la violencia contenida por la intimidación que produjo el otro. Hay niños/as que de puro repasar la situación lloran y esto produce que puedan liberar la rabia contenida.
Luego lo que se debe hacer es preguntarle al niño/a que haría, qué le gustaría que cambiara en eso, cómo cree que sería una situación buena y ver cuales son los criterios que ellos tienen, porque a veces lo que uno le aconseja o le da como instrucción no es posible que el o ella lo haga, ya sea por el contexto del colegio o por el contexto de sus padres. Cuando éstos les dicen, pero ¡Dile al Profesor!, el niño generalmente responde que No porque me van a decir soplón, acusete, etc. Entonces depende de la edad del niño si sabe o no discriminar que es lo que es una denuncia y que es lo que es ser acusete o soplón. Esta es la primera distinción que ellos desde chiquititos tienen que aprender a hacer, ya que no vivimos en una cultura de denuncia. Hasta adultos evitamos exponernos a una situación de denunciar algo. Si el vecino le pega a su mujer, si esa familia les pega a sus hijos. Los chilenos somos profesionales en evitar la denuncia.
De acuerdo a las características de la personalidad del niño/a y sabiendo como cree él o ella que se debería solucionar el problema es donde debe llegar la orientación por parte de los padres. Las preguntas claves son: ¿Porqué crees que ese niño te pega?¿porqué no te entiendes con él?¿Crees que alguna vez el podría ser tu amigo o no?. El niño siempre puede responder con mucha certeza estas inquietudes. Es ahí donde se debe respetar esa condición y ojala que esté en un contexto donde los docentes y las familias involucradas puedan respetar eso. No se debe someter a un niño a momentos de tensión por el contacto con otro compañero si es que el niño agredido no quiere relacionarse con el compañero hay multiples estrategias para evitar que sigan en contacto.
Todas estas demostraciones de violencia son voces de alerta que deben generar mucha discusión entre padres, docentes y estudiantes, ya que son indicios de que algo más profundo está sucediendo, ya sea en la casa o en el mismo ambiente escolar. Si un profesor los grita, los reta delante de los demás, los humilla, es un mal referente, no da seguridad, entonces ellos van evacuando su tensión molestando a otros, a veces no va acorde ni siquiera con su personalidad. En esta situación lo ideal es que haya consenso y se alineen todos como curso, ya que si las decisiones pasan por criterios individuales no van a mejorar la situación en forma permanente.