El drama y la angustia que se vive tras el derrumbe que dejó a 34 mineros atrapados en una mina de Copiapó mantiene consternados también a los hinchas del futbol. El ex futbolista de Deportes La Serena, Regional Atacama, Cobresal e Iquique, Franklin Lobos se encuentra entre los afectados, lo que ha sido el comentario obligado de quienes lo vieron jugar en los 80 y 90s.
Dueño de una gran técnica que especialmente lucía con las pelotas detenidas, Franklin Erasmo Lobos jugó 144 partidos en la Primera División, y a su haber tiene 86 conquistas que deleitaron a la hinchada de cada uno de los equipos donde se desempeñó.
Por Club Deportes La Serena jugó los años 1990 y 1991, bajo la dirección de José Santos Arias en temporadas donde compartió con jugadores como Nelson Enríquez, Gastón Cid y Carlos Gustavo de Luca por nombrar algunos.

De la misma época es Wilson Fre, quien si bien no alcanzó a compartir el camarín con el volante, logró una gran amistad con "Lobitos", como se hizo popularmente conocido.
"Es muy triste lo que está pasando, estamos rogando porque Franklin (Lobos) se encuentre bien...Es una tremenda persona dentro y fuera de la cancha, un tipo muy bueno para la talla, nunca se agrandó, es un siete", nos cuenta el goleador serenense.
Fre también repasa los grandes momentos que le dio al futbol el volante, "era espectacular, sus tiros libres, la forma cómo le pegaba era impresionante...me acuerdo que siempre tratábamos de pararle la barrera, pero no había caso, era gol igual", asegura el delantero.
El caso de Franklin Lobos es uno de los tantos que se han dedicado a la actividad minera luego de abandonar el futbol. Según cuenta, el mismo Wilson Fre, "son varios los ex compañeros que se hoy están en trabajos como éste, es una gran pena porque además yo quiero mucho a esa ciudad y a su gente. Hay que seguir orando para que ojalá todos salgan bien", concluyó.
El Recuerdo de los hinchas
Por: Yanko Muñoz.
Tuve la suerte de ver jugar a Franklin Lobos en el estadio La Portada defendiendo la camiseta de Club Deportes La Serena y de gritar algunos de sus impecables goles de tiro libre. Era el dueño de todos los balones detenidos, porque esa era su principal virtud como jugador.
Sin darle fuerte a la pelota, siempre trataba de ubicarla en un lugar difícil para los arqueros o bien le pegaba justo para que diera un pique muy complicado antes que la embolsaran. Cada vez que iba a patear la gente golpeaba con los pies la galería provocando un ruido seco que igual le daba un poco de emoción al cuento, porque una pelota a la entrada del área en los pies de Lobito era 90% gol.
Mediocampista clásico, trotón, sin gran despliegue físico, pero de buen toque, el que ponía las pausas y habilitaba de improviso. Sin sobresalir, era un tipo distinto. Guardando las proporciones, una especie de Valderrama que daba gusto verlo divertirse en la cancha y entregar alegría a los hinchas que íbamos a los partidos.
Por muchos años La Serena no tuvo un jugador de esas características y muchas veces se echó de menos. Una lástima lo que le pasó ahora. Creo que el fútbol entrega tanta alegría que de alguna forma hay que retribuirla a esos legendarios como él, a esos que fueron referente y expresión del lirismo que veían y sentían este deporte aún como un juego.