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Los dos viajes tripulados a la Luna

22 Septiembre 2007
Uno, la increíble coincidencia de la ficción de 1865 de Julio Verne y, dos, el trabajoso viaje de los tres astronautas del Apollo 11 a la Luna en el año 1969, donde concurren variedad de hechos similares. ¿Es una copia fiel o una coincidencia?
Patricio Borlone >
authenticated user Corresponsal
El 20 de julio de 2007 se cumplieron 38 años de la misión espacial de la NASA, aquella que llevó a tres astronautas al satélite terrestre. La misión Apolo 11 cumplió el cometido con éxito al dejar una pequeña huella humana en la Luna, en el lugar llamado Mar de la Tranquilidad. La misión demostró la factibilidad de viajar con seguridad hasta ese satélite terrestre después de muchos años de estudios, cálculos y proyecciones matemáticas, aunque existe una gran cantidad de contrarios a la idea de que ese viaje se realizó.
La llegada a la Luna sucede el año 1969, pero ¿se podría creer que 101 años antes, se realizó imaginariamente el mismo viaje a través del espacio, casi en las mismas condiciones y con un resultado equivalente?
En el año 1828, nace en Nantes, Francia, el famoso escritor Julio Verne. A sus 38 años de edad, ya se encuentra asentado como un autor visionario; el vigoroso éxito de su novela “De la Tierra a la Luna”, tiene al pueblo francés envuelto en la locura de un verdadero best seller, como se le llamaría hoy.
Es la sensación literaria del momento en Europa. El relato acucioso y exacto cuenta el viaje de tres hombres –hoy llamados astronautas- desde un punto específico en el planeta, hasta llegar a la Luna. Tras una breve estadía allí, los tres viajeros vuelven a la Tierra en condiciones óptimas, amarizando en un lugar predeterminado del océano Pacífico.

En otras palabras... ¿La misión de la NASA fue una copia casi fiel de la fantástica historia creada por la genial ficción e ingenio de Julio Verne? ¿O fue una historia recreada? Se debe recordar que el Pacífico tiene alrededor de 170 millones de kilómetros cuadrados y el final del viaje de la NASA, el sitio donde amarizaron los tres astronautas, sólo tuvo una diferencia de 4 kilómetros con el lugar donde amariza la nave de la novela de Julio Verne.
En su tiempo, el escritor “habló de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, misiles dirigidos e imágenes en movimiento, mucho antes de que aparecieran aquellos inventos. Entre sus libros más populares figuran “Viaje al centro de la Tierra” (1865), “Veinte mil leguas de viaje submarino” (1870), “La vuelta al mundo en 80 días” (1873) y “La isla misteriosa” (1874).

He aquí un breve trozo extraído del relato de la partida del cohete, que realiza el adelantado escritor Verne:
“Una detonación espantosa, inaudita, sobrehumana, de la que no hay estruendo alguno que pueda dar la más débil idea, ni los estallidos del rayo, ni el estrépito de las erupciones, se produjo instantáneamente. Un haz inmenso de fuego salió de las entrañas de la Tierra, como de un cráter. El suelo se levantó y apenas hubo uno que otro espectador que pudiera entrever un instante el proyectil hendiendo victoriosamente el aire en medio de inflamados vapores...”
Al leer estas, líneas escritas en 1864, da la sensación de observar un normal despegue de algunas de las naves desde Cabo Kennedy, en La Florida, Estados Unidos. ¿Qué sabía el hombre en esa época, de viajes al espacio exterior? ¿Con qué conocimientos, Julio Verne, realiza cálculos tan sorprendentes? ¿Por qué eligió ese lugar en La Florida, para iniciar un viaje a la Luna? Son difíciles las respuestas.
Desde esa época -1864- el erudito novelista ha pasado a encabezar la historia de la literatura de ficción o adelantamiento, debido a su calidad de visionario científico. Los análisis de la novela de “De la Tierra a la Luna”, dan como resultado puntual y curioso, una cantidad de increíbles coincidencias relativas al viaje de la NASA, Misión a la Luna, en 1969. No existe intención de restar valor a los logros alcanzados por la NASA en cada una de sus misiones al espacio, sino sólo realizar una suerte de comparación entre los dos sorprendentes viajes:
El viaje de la NASA en 1969
Concibió una Misión a la Luna
Lanzamiento se inicia en Cabo Kennedy (cercano 100 Km del
Lugar concebido por Julio Verne)
Tres astronautas dentro del Apolo 11.
Apolo 11 con forma de cono.
Longitud de la nave NASA: 3.65 metros
Peso total de la nave que aluniza: 5.621 kilogramos.
Velocidad Alcanzada: 38.720 kilómetros por hora.
Tiempo de viaje hasta el alunizaje: 97 horas.
Descenso en la Luna en el Mar de la Tranquilidad
NASA consideró la pérdida de la gravedad.
El Apolo 11 amarizó a sólo 4 kilómetros del lugar de Verne
Julio Verne en “De la Tierra a la Luna” 1865
Concibió que era factible una viaje a la Luna
El lanzamiento se inicia desde Tampa, Florida, EE.UU.
Tres hombres dentro de la cápsula metálica.
La nave tenía forma de cono
Longitud de la nave: 3.65 metros.
Peso total de la nave de Verne que aluniza: 5.345 kilogramos.
Velocidad alcanzada: 40.000 kilómetros por hora.
Tiempo de viaje hasta alunizaje: 83 horas.
Descenso en la luna a 100 Km hasta el Mar de la Tranquilidad
Verne consideró en todo momento la pérdida de la gravedad.
La vuelta a la Tierra fue en un amarizaje de la cápsula.
¿Son estas coincidencias válidas?
El hombre a través del tiempo, ha sentido la necesidad de contar, ya sean hechos acaecidos o historias creadas por la imaginación, para que otros sepan de esos sucesos o simplemente los recreen y los hagan reales, si se piensa que es factible construirlos. Son muchas las fantasías y ficción creadas por Julio Verne que se han llegado a recrear en este tiempo.
No hay duda alguna que este visionario escritor se adelantó fantásticamente al futuro. El genial Julio Verne anticipó innumerables hechos y descubrimientos científicos, algunos de ellos, hasta con cien años de anticipación. Su instrumento preferido fue la ciencia, que él se encargó de divulgar con adelantamientos precisos. Verne se acercó demasiado a la realidad futura en sus escritos. ¿Existe, realmente la casualidad? ¿Quién inculcó en la mente de Julio Verne tamañas coincidencias en esa época?

Como diría Blaise Cendrars, escritor suizo-francés que escribió “El Hombre Fulminado”: “¿Mentira? ¿Verdad? Nunca he dicho la verdad. Pero nunca te he contado una mentira más real”.

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