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El presidente Allende llamaría a un plebiscito ese martes 11 de septiembre, el cual si se cumple lo hubiese ganado, como ocurrió en las parlamentarias y municipales.

El 4 de septiembre tuvo un apoyo masivo en el tercer año de su gobierno pues marcharon miles y miles de partidarios y simpatizantes de la Unidad Popular.

Lo que faltó fue la mano dura contra los sediciosos, lo que no era posible porque el andamiaje burocrático y conservador nunca estuvo de su parte y él lo sabía y por eso los fustigaba siempre en sus discursos.

Allende fue un hombre humanista, apegado a las tradiciones legales existentes entonces, no quiso hacer una revolución violenta, ya que decía que la haría sin costo social, y hay que ver el tremendo costo social que dieron los genocidas.

Chou En Lai le aconsejaba usar los métodos de acuerdo al clima peligroso de bombas, ataques terroristas de Patria y Libertad, Comando Rolando Matus, las reuniones clandestinas en los regimientos por parte de Labbé, Canales, Viaux, Marshal, éste último tenía vínculos con la Falange Socialista Boliviana, de orientación nacionalsocialista.

Todo el poderío y el terrorismo desatado era para que Allende los hubiese puesto en cintura, pero no pudo porque la derecha mangoneaba a su manera agrupándose en la famosa CODE (Confederación Democrática), etc.