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Imagen de Domingo Cadin

Los carrileros son todos

Los carrileros son todos Uds. y tengan cuidado con sus chamullos que se van al barranco de la vergüenza gorilesca.

No han leído un libro sobre la temática, ya entiendo por qué, si el neoliberalismo no les da siquiera para un librito y así lo defienden. Les recomiendo oír la Radio Nuevo Mundo para que se les aclare un poco la historia de los años setentas.

La sedición se dió con la muerte del general constitucionalista René Schneider por militares activos, retirados y políticos demócratacristianos como Eduardo Frei y camaradas de esa línea dura y parlamentarios del Partido Nacional como Sergio Onofre Jarpa, Bulnes y otros. También estaban los de la Democracia Radical, de Julio Durán, el paquetón, que era el apodo que tenía entonces, y Raúl Morales Adriazola, conspicuo sedicioso, fanático golpista cercano al general retirado Roberto Viaux Marambio, que fue condenado al destierro en Paraguay y regresa a Chle cuando llega el asesino Pinochet al poder.

Allende subió la votación a pesar de que se aliaban los derechistas. Por eso, tuvieron miedo al poder popular, a los cordones industriales, a los comandos comunales, a las organizaciones campesinas, etc., etc.

La burguesía ponía el grito en el cielo desde que los pobres llegaron al gobierno. Nunca pensaron que ganaría Salvador Allende Gossens y sale el 13 de septiembre de 1970 a la circulación el grupo paramilitar ultraderechista Patria y Libertad con el nazi criollo Pablo Rodríguez Grez, abogado de triste memoria, quien debiera estar en la cárcel, ya que de repente puede tener la suerte de Jaime Guzmán Errázuriz.

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