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Los garrafales errores los cometió la derecha criolla en abierta alianza con los sectores golpistas castrenses cuando matan al general constitucionalista René Schneider, crimen político que sacudió la conciencia ciudadana chilena ya que no ocurría desde la época de Diego Portales. En estas circunstancias se ve la activa participación sediciosa del Partido Nacional, la Democracia Cristiana de Frei Montalva, del grupo paramilitar ultraderechista Patria y Libertad, del führer engominado Pablo H. Rodríguez, abogadillo de baja monta, más metido en actos terroristas que en la jurisprudencia, recibiendo el apoyo del gremialista de la Universidad Católica, Jaime Guzmán Errázuriz, quien jugó destacada participación golpista en contra de la voluntad popular que eligió en las urnas al médico socialista Salvador Allende.

Quiénes son los verdaderos autoritarios en Chile, desde el momento mismo de la elección de un gobierno socialista, que nunca tuvo el poder, ya que gobernaba con sus instrumentos legales, siempre acostumbrados a conservar sus bastardos intereses personales y colectivos de la derecha antidemocrática, que pusio el grito en el cielo cuando los desarrapados ganaron en las urnas limpiamente (los rotos, los upelientos como los calificaran los del dinero y el entreguismo a los intereses del Tío Sam.

La fronda aristocrática debía poner coto a tamaña experiencia con sabor a vino tinto y empanada en el paìs más alejado del mundo; experiencia única en el proceso revolucionario, caso de estudio de cómo un marxista democrático llegaba a La Moneda ya que los demás lo habían hecho con el fusil en la mano.

Allende era un polìtico pragmático y ducho en la lides desde que era dirigente estudiantil, no era un improvisado, era un luchador social, a pesar de las duras críticas de la derecha, pues siempre los descalificaban. Cuatro veces candidato y supo sortear los embates de los Estados Unidos, incluso la llegada de la Juana Castro, con tal de impedir la asunción a la presidencia. Había una campaña del terror financiada con millones de dólares gringos mientras se conspiraba en los cuarteles con el silencio solapador de los mal llamados polìticos, que más bien parecían mercenarios al mejor postor

Entonces, quiènes son los vendepatrias y golpistas, que bien los criticó Neruda en sus versos. Ellos son los que nunca dejaron gobernar el país hasta que consiguieron el genocldio de largos 17 años de oscurantismo cultural y salvajismo sin precedentes en la historia patria.

Desarrollaron el caos, el mercado negro, la incertidumbre, la desconfianza, la idea de la dictadura comunista cuando Chile era el país más democrático en el mundo; fueron creando poco a poco las condiciones, abierta y solapadamente, para dar el golpe final.