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Con sorpresa y estupor me he encontrado con estos proyectos para la comuna que me parecen muy loables, pero quisiera precisar algunos puntos que considero relevantes.

a).- La casona Martínez, como la han llamado,

en efecto tiene dueños y, por tanto, su fotografía y distribución en este medio vulnera nuestro derecho a la privacidad que la ley nos otorga. De allí mi estupor, dado el poco conocimiento de la ley que tienen quienes pretenden crear y fomentar cultura.

b).- Han catalogado este inmueble como

"abandonado" por décadas por sus propietarios, situación que no se ajusta a la verdad, dado que uno de los miembros de la familia vivió en ella por casi 20 años, hasta el año 2000 invirtiendo millonarios recursos financieros en su restauración y decoración, los cuales no se han podido recuperar luego de los constantes robos, incendio y desmamtelamiento a la que ha sido sometida por parte de la "culta sociedad andacollina". Hemos hecho cinco denuncias a los tribunales de justicia, pidiendo que se proteja nuestro derecho de propiedad vulnerado en tantas ocasiones. Mi sorpresa radica en el hecho de que muchos de los que hoy levantan sus voces en aras de mayor cultura, sean los mismos que callaron, protejiendo con su silencio a aqquellos delincuentes que tanto daño ha generado a la propiedad.

c).- Sin duda, la cultura es necesaria. Pero si vamos a educar, inculquemos también valores,

sustituyamos la cultura del robo por la honestidad, la probidad, aquella de las "manos impolutas a todo evento" y, tal vez,

comenzaremos a mostrar modelos a imitar por nuestros jóvenes.

d).- Por último, si queremos un centro comunitario, pensemos en un bien de propiedad

pública, puestop que los dueños de las propiedades en comento (familia Martínez) tienen sus propios proyectos a desarrollar.

María L. Martínez Cuevas.