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Eduardo, me hubiera gustado más que rebatieras mis argumentos. Cuando te aclaro que no soy de derecha, es porque si hay algo que tienen en común, derechas e izquierdas, es que ambos descalifican a priori, al bando contrario, dicho de otra forma, o estás con ellos o contra ellos y eso no es pensar claramente. Disculpa si soné intolerante, no fue esa mi intención, lo que pasa mi amigo, es que llevo años escuchando gente que no vivió en ésa época y en general, tienen una visión muy distorsionada de ése pasado, influida sobretodo por su entorno familiar. Creo que va a ser muy difícil que alguien logre ser objetivo al respecto, pero ésta parte de nuestra historia, no es una parte que se pueda leer o sentir en archivos, fue tan fuerte, que incluso a nivel de cursos de colegio existían divisiones. Yo sólo ruego que nunca más tengamos que pasar por lo mismo y siento que todavía hay mucha gente, como el Sr. Cadín, que está llena de odio y rencor, tendrán sus razones, no soy quién para juzgarlos, de echo yo también fui afectado, paradójicamente por ambos gobiernos, pero creo que ya es hora que avancemos en busca del Chile que todos queremos, ya basta de esgrimir ídolos de barro que de poco sirven. Basta de alimentar las diferencias, el pueblo chileno se caracterizaba antiguamente, porque a pesar de sus diferencias, eramos capaces de ver más allá y definir objetivos comunes, aunque quizá por caminos diferentes. Logramos tener una educación bastante buena donde la fiscal y la privada, no tenían el abismo que hoy luce. Para mí, es impresentable que estando nuestro país en una bonanza económica, no prioricemos la educación y la salud, que tan a mal traer están. Y si miramos el gobierno de Allende en cifras y resultados, sin ideologismos, nos podremos dar cuenta, de lo mal que le hizo a este país. Pero insisto, todo esto sólo mantiene abierta la herida y el paciente ya ha perdido bastante sangre.