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Con Alejandro, el destino nos permitió ser muy cercanos y lejanos a la vez. Desde la época universitaria nos caracterizó una cercanía, especialemnte por sus conocimientos en la ayudantías, donde reafirmaba las materias entregadas por el profesor.

Luego, por razones que no vale la pena consignar, tomó válido partido por una persona con quien tenía un conficto. Siempre esperé tener una conversación para aclarar esas cosas, pero a veces uno espera que el tiempo solucione estos entredichos.

Por alguna singular razón, quise hacer efectiva esa conversación hace muy poco, pero pese a que la oficina donde trabajo queda a escasas cuadras de la suya, nunca lo hice. Ahora me arrepiento, porque me quedé con ese gusto de la tarea inconclusa.

En la misa que se celebró en tu nombre traté de argumentar mis razones, mentalmente traté de comunicarme contigo, espero que lo sepas.

Suerte y recuerda que en tierra demostraste tu capacidad. Nos dejaste una gran tarea a todos los periodistas.