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Andacollo Oro: esperanza, historia, gloria y maldición de un pueblo [Episodio III]

12 Marzo 2008
“El oro no sale de minas: en la montaña un poco mágica de Andacollo, el oro va por arroyos y regatos, en pepitas, de mostaza o arroz".
Gabriela Mistral
Pequeño mapa audible de Chile (1934).
Eduardo Duarte Yañez >
authenticated user Corresponsal
En múltiples pasajes de diversas crónicas históricas podemos leer de algunos historiadores españoles y otrosí contemporáneo proclamar las grandes riquezas minerales de la comarca de Andacollo, Chile. Tesoro fértil que pareciera fecundar a través de los siglos desde su descubrimiento no establecido aún con exactitud a ciencia cierta. Infinitas quebradas, laderas y montañas multicolores sobrepueblan el paraje precordillerano. La riqueza que ha entregado este macondiano poblado surrealista a la historia americana y chilena, es infinita, incalculable. Hoy cuando los intereses macroeconómicos y políticos imperan sobre la voluntad abatida de la aldea andacollina, ¿nos quedará el último suspiro para recordar quienes fuimos, quienes somos y en que nos convertiremos?
En 1533 Francisco de Villagra recibió de mineros de Andacollo $60.000 en oro para ayudar a financiar su expedición a la Argentina, en la cual se fundó Santiago del Estero. A principios del siglo XXVII una crónica de fray Diego de Ocaña relata que en la región de Coquimbo las principales minas de oro están en Andacollo, pero que no son de vetas sino “que esta suelto y se lava”. Vicuña Mackenna afirma que durante ese siglo la mayor parte de la producción de oro provenía de los lavaderos de Andacollo.
El Informe de Egaña (1888), menciona por primera vez una explotación de vetas de oro en Andacollo, la veta Churrumata. “Con el aumento del precio del oro a US$ 35 la onza, originado por la política económica de los EEUU iniciada a comienzos de 1930 y por sobre todo por el inicio del Plan Aurífero de Chile en 1932, se produjo una verdadera explosión de la minería del oro en Andacollo. De la noche a la mañana el pequeño pueblo aumento su población de 500 a 20000 habitantes. Los lavaderos de oro obtenían de uno a uno y medio gramo de oro al día”, (Millan Urzua). A 1963 ya se contabilizaban 16000 lavaderos de oro en este poblado minero, la producción se establecía en seis kilos de oro al día, en promedio. Mientras la escasez de agua era un desastre para la supervivencia de la población, por ser consumida casi en su totalidad por las labores mineras. Más de 40 años después se establecería el daño irreversible en la salud de los mineros por el manejo permanente del mercurio.
Andacollo produjo a mediado de los años treinta el 43% de todo el oro de lavaderos de Chile. Juvenal Geraldo y Luís Zepeda, encomendaron un estudio de sus pertenecías mineras al geólogo Carlos Llaumet, en el cual se describió tres mantos extendidos hacia las vetas principales con espesores de 10 a 50 metros, con una estimación de 20 a 30 millones de toneladas de 1 a 2 gramos de oro la tonelada. Generando así el interés de Minera Chevron Chile quien compro a Juvenal Geraldo en 1984, sus pertenecías. Una de las primeras grandes ventas de pertenecías mineras, manto comprador que decenas de años después abarcaría casi la totalidad del territorio Andacollino en la actualidad.

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