Se cuenta que el hecho de llamarse "tía rica", responde a una característica muy propia de la sociedad chilena: vivir de las apariencias.
Dicen algunos reportajes escritos en diarios del sur del país que las personas -que querían evitar que otros las vieran necesitadas de dinero- concurrían a la casa de crédito prendario y cuando sus amigos le preguntaban cómo obtuvieron el dinero para sus urgencias, afirmaban que "una tía rica del sur" les había prestado el monto. Una mentirilla para evitar el bochorno que otros los vieran empeñando sus joyas.
Se cuenta que el hecho de
Se cuenta que el hecho de llamarse "tía rica", responde a una característica muy propia de la sociedad chilena: vivir de las apariencias.
Dicen algunos reportajes escritos en diarios del sur del país que las personas -que querían evitar que otros las vieran necesitadas de dinero- concurrían a la casa de crédito prendario y cuando sus amigos le preguntaban cómo obtuvieron el dinero para sus urgencias, afirmaban que "una tía rica del sur" les había prestado el monto. Una mentirilla para evitar el bochorno que otros los vieran empeñando sus joyas.