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Las otras causas de la crisis financiera de los Estados Unidos

29 Septiembre 2008
La crisis puede tener un fuerte componente generado en el Congreso de los EEUU. En efecto, legislación previa a la crisis llevó a disminuir los estándares para hacer el crédito hipotecario más asequible... Por: Sergio Zúñiga.
Sergio Zúñiga >
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La escalada de quiebras y reorganizaciones del sistema de créditos hipotecarios en los Estados Unidos, parecen sustentarse en tres causas poco nombradas, y que pueden llegar a ser las más importantes.

A partir de la gran depresión del año 1929 en los EEUU se estableció la Glass-Steagall Act del año 1933, que entre varias reformas, prohibió a los holdings bancarios poseer otras compañías financieras, y separó la banca de inversión de la banca comercial. Sin embargo, hacia fines de los años 90 en los EEUU se apreciaba que los precios de las viviendas crecían fuertemente, y con la idea de apoyar la compra de viviendas por parte de las familias de menores ingresos se impulsó la Ley Gramm-Leach-Bliley, firmada en noviembre de 1999 por el presidente Clinton. En esencia, se volvió a permitir que una misma entidad desarrollarse banca comercial y de inversión, y de paso, generó una serie de fusiones, y un crecimiento desmesurado en muchas instituciones, lo que aumentó la fragilidad del sistema.

Un segundo componente, relacionado con la anterior, se refiere a la Community Reinvestment Act (CRA) de 1995, una ley federal en los EEUU que prohíbe a bancos y asociaciones de ahorro y crédito otorgar créditos solo a los vecindarios más pudientes en el mercado de influencia del Banco, sino obligaba a ofrecerlos a todos los grupos sociales. Esta Ley llevó a los bancos a prestar en comunidades pobres, aumentando fuertemente el riesgo de no pago.

Un tercer componente se refiere a las hipotecas de empresas con garantía estatal (government sponsored enterprises), lo que permite que estas hipotecas se transen en el mercado a menores tasas, buscando beneficiar a los compradores de viviendas. Las dos mayores empresas de este tipo eran justamente Fannie Mae y Freddie Mac. La percepción de que ambas empresas eran muy grandes para caer, y que contaban con garantía estatal llevó a que tomaran más riesgos de los aceptables, y que el mercado aún siguiera confiando en ellas.

En resumen, en los casos comentados se disminuyó los estándares para hacer el crédito hipotecario más asequible, aunque a costa de aumentar el riesgo y fragilidad de las instituciones, a pesar de que el espíritu de las medidas era loable. Claramente los bancos y el sistema financiero en general no son un negocio como cualquier otro, en el que se pueda permitir la quiebra de bancos, de modo que la supervisión prudencial moderna, la limitación del tamaño evitando la concentración y el estímulo de la competencia son fundamentales.
En nuestro país se han ido adoptando, con cierto rezago, la mayoría de las experiencias recientes de este tipo de los Estados Unidos, sin embargo es de esperar que esta experiencia sirva para evitar malas decisiones, fortalecer nuestro sistema y evitar una crisis similar.

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