Comentario de libros: Lambert, la burguesía serenense y Carlos Marx

05 Diciembre 2017

Por Gabriel Canihuante

Gabriel Canihuante >
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Hace unos 45 años leí a Carlos Marx, no solo “El Manifiesto comunista”, también los tres tomos de “El Capital”. No lo hice en una escuela de cuadros (preparación ideológica de militantes), sino como estudiante de Economía en la Universidad de Chile. Y hay algunas frases que se quedaron dando vueltas para siempre, sean de modo textual o aproximado.

“La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario”. … “La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales.” 

Frases como estas, de Marx y Federico Engels (del Manifiesto, publicado en 1848) vinieron a mi mente mientras leía “Carlos Lambert”, texto escrito por José Gai, uno de los seis títulos que ofrece este año la editorial de la Universidad de La Serena en su colección Biografía Breve.

Carlos Lambert nació en Alsacia, territorio alemán en 1793, pero vivió principalmente en Francia y fue en París, a partir de 1810, donde se formó como mineralogista en la Escuela Politécnica y luego, desde 1812, en la Escuela de Minas.  

Cinco años más tarde, con solo 24 años, llegó a Chile como enviado por capitalistas británicos para sondear yacimientos en un país que acababa de independizarse de la Corona española. En ese primer viaje, por lo demás breve, recorrió diversas localidades de Coquimbo y Atacama y volvió con un informe a Europa.

Esa información se la pidió también el Gobierno de Chile y Lambert la condensó en “Noticia general de los minerales de las provincias del norte de Chile en su estado actual”, publicada en el diario “El Telégrafo”, en 1819. (Como siempre digo, nuestra historia está, en gran parte, ahí, en los periódicos).

En 1825 Lambert fue designado como Agente principal de una nueva empresa, la “Chilian Mining Association”. El hombre se casó (con la escocesa Janet Spears, de 23 años) y se vino a Chile a “hacerse la América”. Un periódico  llamado “El Correo de Arauco” informó en mayo de 1825 que muy pronto llegaría a Chile el “marqués de S. Lambert”, que era una de las formas en el que él se dio a conocer.

El alsaciano llegó a La Serena y acá fue recibido por Jorge Edwards Brown, médico cirujano y empresario de origen británico que se había instalado por estas tierras poco antes de la Independencia de Chile. Así se introdujo el mineralogista en la elite política y empresarial de la entonces Provincia de Coquimbo.

Después de un tiempo de permanencia en Copiapó, Lambert decidió instalarse definitivamente en La Serena en 1827. A partir de 1828 puso en práctica un gran invento –algo que ya se usaba en Europa-: un horno de doble bóveda para fundir los minerales y obtener cobre de mucha mejor calidad que el producido por los chilenos con sus métodos obsoletos.  El 10 de octubre de ese año, dice Gai, “logró una primera rústica barra de cobre, hecha con los desechos llevados del mineral de Guamalata. Y en enero de 1829 agregó el horno calcinador y luego el horno refinador…”

Gai cita al periodista de La Serena, Fernando Moraga (1933 – 2010), estudioso de Lambert, y señala que “la factoría (se refiere ya a La Compañía) poseía nueve hornos de reverbero, y uno de ellos podía fundir hasta 58 toneladas de mineral en un día. Paralelamente, había comenzado a fabricar ácido sulfúrico, lo que la convirtió en la primera empresa de su tipo en toda América Latina”.

¿Cómo Lambert pasó de ser un enviado de los capitalistas británicos a ser un próspero empresario en Chile, ese burgués revolucionario de hace 190 años? ¿Cómo cambió el aprecio de los pudientes serenenses de los años 20 a un repudio generalizado en los años 50 del siglo XIX? ¿Cómo pudo ganar un millón de dólares en 1849?, son algunas de las preguntas que Gai responde en esta breve biografía.

Se podrá decir de Lambert que fue un gran estratega, un genio creativo, un audaz aventurero, un oportunista, un explotador, un antirrevolucionario, etc., pero lo que no se puede desconocer es que impuso una marca, le dio un sello propio a la minería, generó irreversibles cambios productivos, económicos y sociales.

Vivió en Chile un periodo que duró poco más de 25 años y provocó un cambio fundamental, modernizó la minería de Chile. Según Gai, “Lambert había tenido un éxito gigantesco en sus empresas y contribuido en varias áreas al desarrollo industrial del país”. Poco más de 50 páginas tiene este libro, pero contiene una parte de nuestra historia que vale la pena conocer. Quizás los profesores de historia deban trabajar estos textos que hablan de la Provincia de Coquimbo, sus grandes hombres y mujeres, algunos de nuestros principales referentes.

Y antes que me olvide, por si usted no lo sabe, José Gai es serenense, estudió 12 años en el Colegio Seminario Conciliar y luego en la Universidad de Chile, donde se recibió de periodista, en 1972. Lo conocemos por sus novelas “Las manos al fuego”, “Los Lambton” y “El caso P”, entre otras obras. Lo más reciente del colega es su segunda novela gráfica, “Capitán Garra. Morirás en La Frontera” publicada, hace poquito, por Tajamar Editores.

Fotografía obtenida de: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35288373