“Naranja”, jugoso fruto literario de Illapel

30 Agosto 2019

Por Gabriel Canihuante

Gabriel Canihuante >
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Hace varias semanas recibí por correo ordinario un ejemplar del Número 1 de la “Revista de literatura NARANJA”, publicada en Illapel  en marzo de este año. Luego de hojearla y sorprenderme agradablemente por sus contenidos decidí que escribiría un comentario para su difusión, pero no tuve sino hasta hace poco el tiempo para leerla y analizarla.

Se trata de un esfuerzo que lleva a cabo un pequeño grupo de voluntarios encabezados por la educadora y escritora del Choapa, Ana Leyton, autora entre otras obras de “Extrañas pasajeras” (2016) y “Memorias de don Chalo” (2010).

En este número inicial la revista NARANJA nos da cuenta del Encuentro de escritores en Illapel, ocurrido en noviembre de 2018, actividad en la cual participó un importante número de escritores, casi todos oriundos de la Región de Coquimbo.

La revista presenta una reseña del Encuentro pero además da espacio para las distintas expresiones de los autores participantes, entre los que se encuentran el recientemente desaparecido poeta coquimbano Bartolomé Ponce, de quien se transcribe el poema Puelche, inspirado en la situación dolorosa por la que atraviesa el pueblo mapuche.

Del poeta del Limarí, Ramón Rubina se publica el poema Ronda, dedicado a los niños del Medio Oriente (Siria y Palestina) que sufren las consecuencias de las devastadoras guerras que asolan esa región del mundo.

De Benjamín León, poeta de La Serena, se exhibe su texto “Amanecer de camposanto”, publicado en su libro “Para no morir” y otros versos de parte de su premiado libro “Canciones para animales ciegos”.

Y así van apareciendo los textos de Guillermo Gálvez; Carolina de la Fuente; Rosa Alcayaga; Lilia Hernández, Jorge Alberto Collao (prosa) y otros autores, incluyendo poemas de la propia Ana Leyton, organizadora del encuentro mediante el Centro Cultural del Choapa.

Como homenaje al poeta Mario Ramos Figueroa se incluye también una breve reseña del poeta del Choapa y se incluyen algunos de sus poemas. El autor falleció un mes antes de la publicación de NARANJA.

La revista además de los textos y fotografías de los participantes en el encuentro de escritores, presenta dibujos y pinturas de diversos autores que le dan vida, color y enriquecen visualmente la publicación. Entre los artistas visuales que colaboraron se anotan los nombres de: Elizabeth Oyanedel; Lilia Hernández; Carolina de la Fuente; Pablo Briceño (a cargo del diseño gráfico de la Revista) y Yerlando Orrego.

No encontré en este ejemplar la periodicidad de esta nueva revista, imagino que será anual. Sí tiene un ISSN, lo que denota que sus productores se han tomado en serio esta empresa de elaborar una revista. Tampoco tiene precio (de venta al público), pero sí tiene un auspiciador, el preuniversitario Ad Portas que funciona en Illapel.

Esfuerzos como estos no se ven a menudo, otros proyectos salen a la luz mediante recursos del Estado (vía fondos concursables), pero este no es el caso.

Es de esperar que este primer número no sea el único, sino que este esfuerzo se mantenga en el tiempo. Vale la pena, sin duda, porque se trata de una publicación que sirve de registro de lo que está pasando con la literatura regional. Ponce desapareció, con una repentina muerte en Ecuador; don Mario Ramos murió a una avanzada edad, pero sus obras y su memoria quedarán también en esta revista hecha con tanto amor hacia los autores vivos que siguen escribiendo y asistiendo a encuentros, como hacia quienes ya no están entre nosotros pero que seguirán siendo recordados.

¡Larga vida a Revista Naranja!