Pearl Jam en Chile: De local y a estadio lleno

05 Noviembre 2015

El grupo brindó probablemente una de sus presentaciones más memorables de sus 5 conciertos a la fecha en Chile. ¿Estuviste ahí?

Equipo El Obser... >
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¿Qué se puede decir de un concierto de casi tres horas de Pearl Jam, y que haga justicia a lo vivido la noche del miércoles en el Nacional?, ¿Como transmitir lo que vivieron las más de 45 mil personas que se fueron con una sonrisa dibujada en los labios, sabiendo que, aunque parecía difícil, Pearl Jam superaba a sus anteriores presentaciones en Chile?.

Tarea titánica. Hablar de la madurez de Pearl Jam ya parece una obviedad. Hablar del cruce generacional de sus fans también. Hablar de los clásicos que ya se han vuelto inmortales, hablar de Eddie Vedder y sus intentos de hablar en español, del vino en la mano, hablar de los solos siderales de Mike Mc cready, de las pasadas por los toms de Camerón como sólo él las hace, de la base fundamental que es Ament y Gossard. Todo ya se ha dicho, no una, si no muchas veces.

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Todo eso pasó, y más.

Casi puntuales, los 5 de Seattle más Boom Casper, arrancaban con Pendulum, ante la euforia de los fans, que luego vivieron una sentida interpretación de Release, con Vedder cerrando los ojos en el tema que le dedicó a su padre biológico que nunca conoció bien. Nothingman parecía que la cosa iba a ser todo en plan baladas. Pero no. La cosa se puso a mil por hora con Don’t Go como la llama Vedder y luego Mind Your Manners.

La cosa no paro hasta que Vedder, de mucho mejor humor que en todas sus anteriores venidas, y con su torpedo en la mano, saludó en un deficiente español hay que decirlo, pero de lo cual se agradece se esfuerzo. Así fueron pasando clásicos y nuevos temas de Ligthning Bolt, como el tema homónimo, Corduroy, Even Flow, Sirens, y antes de una de las sorpresas más agradecidas por los fanáticos, Light Years, Eddie quiso rendir homenaje a un fan de la región de Coquimbo y miembro del Ten Club. Wuilman Quevedo Tapia, quien falleció en un trágico accidente automovilístico en Coquimbo el pasado 25 de abril. Eddie se frustró por “no haber prestado la suficiente atención en las clases de español en el colegio”, pero pudo transmitir el saludo a Wuilman y su esposa, que también falleció ese aciago día. “Un hombre que debería haber estado aquí esta noche” dijo Vedder. Se equivocó. Wuilman de alguna manera estaba ahí disfrutando de su banda favorita.

Así fueron pasando temas y con puntos altísimos como una sideral Rearviewmirror y otra sorpresa como fue el excelente In Hiding.

Luego una sección acústica con Vedder en Just Breath y dos covers que sorprendieron totalmente a la concurrencia: Mother de Pink Floyd y Imagine de Lennon.

Vedder, insistimos de un particular buen humor, echó la talla de lo lindo, saludando a Radio Sonar quien le regaló el vino que lo acompañó durante el concierto y con el ya infaltable “un manjar” que hizo reír a todos, pero cuando le mandó un saludo y felicitación a los campeones de América, el estadio se vino abajo.

De ahí todo fue vértigo. State of love and trust, Betterman, Alive, Rocking in The cree world y el final de siempre, con Yellow Ledbetter cerraron una noche mágica en que algunos echaron de menos el hit Jeremy, pero si es por nombrar temas que hipotéticamente faltaron, Pearl Jam tendría que haber hecho 2 o 3 conciertos seguidos, porque no alcanzan a tocar todos en tres horas. Pero en esas tres horas, no hubo un solo desperdicio. Pearl Jam se superó una vez más cuando eso parecía imposible.