El día en que el inflitrado del FBI en la FIFA estuvo en Coquimbo

El escándalo FIFA tuvo ramificaciones a nivel planetario, y Chile no estuvo exentas de ellas. Ayer fue portada nacional la hipótesis de que el máximo dirigente de la ANFP, Sergio Jadue, haya recibido coimas por los derechos de transmisión de la Copa América, por ejemplo.

Otros tanto se acordaron también de que Coquimbo tuvo durante tres años la calle Nicolás Leoz (Avenida Costanera) y que precisamente volvió a su nombre original en el 2013.

Pero nadie recordó que Chuck Blazer, el inflitrado del FBI en las más altas esferas de la FIFA, también estuvo en Coquimbo hace algunos años atrás.

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El infiltrado

Charles Blazer, más conocido como "Chuck" entre sus amigos, era un alto representante de la FIFA. En el marco de la investigación que realizó el FBI, fue acusado del delito de evasión de impuestos, un delito especialmente grave para la legislación norteamericana, y por un monto nada despreciable: 30 millones de dólares.

El FBI le dio dos opciones, irse a la cárcel, o bien, colaborar con ellos y transformarse en un inflitrado dentro de la organización, como trato para bajar su eventual condena. Blazer aceptó el trato.

Es así que durante años, Blazer, con un micrófono escondido entre sus ropas, grabó las conversaciones de los dignatarios de la FIFA, empezando su labor de informante en los juegos olímpicos del 2012.

Es así que Blazer aportó las pruebas claves que terminaron con los arrestos en Zurich, de los dirigentes de la FIFA, acusados de corrupción.

El "amigo Chuck"

Antes de esto, Blazer estuvo en Coquimbo. Como delegado de la FIFA visitó la ciudad puerto para supervisar y aprobar el estado de avance del nuevo Estadio Francisco Sánchez Rumoros, el 07 de marzo del 2008, con miras al mundial de fútbol femenino que se jugaría en ese recinto.

Blazer, un tipo de larga barba y de más de 200 kilos de pesos, llegó acompañado de otros 7 representantes de la FIFA, además de Harold Mayne Nichols, presidente de la ANFP de ese entonces y de Jorge Contador, secretario de la ANFP, siendo recibidos por el fallecido alcalde de Coquimbo, Óscar Pereira.

De caracter bonachon, sonriente, y amante de los viajes, Blazer cautivó a las autoridades locales y trabajadores municipales y públicos, entre los cuales se encontraba la actual intendenta de la región de Coquimbo, Hanne Utreras, por su buen humor.

Tanto es así que el mismo Pereira, otro que se caracterizaba por su buen humor y por sus constantes salidas de protocolo, lo llamaba el "amigo chuck" en medio de los discursos oficiales, agradecido de que el dignatario FIFA haya aprobado el estado de avance de las obras.

Rodrigo Gutierrez, periodista deportivo de la región de Coquimbo, estuvo ese día y recuerda claramente ese carácter bonachon de Blazer. "Era un personaje muy particular, me llamó mucho la atención su forma física, porque la organización tuvo que poner un sillón para que pudiera sentarse en la conferencia de prensa. Hizo muy buenas migas, era muy bonachon con las autoridades regionales".

Cabe señalar que Blazer, una vez descubierto, admitió su culpabilidad y devolvió parte del dinero impugnado, además aceptando colaborar con el FBI en este escándalo, algo que valora Gutierrez de todos modos. "Me parece una buena medida que haya decidido a hacer esto...así como también me parece bien que Joseph Blatter haya dado a conocer su espiritú de dejar fuera de la FIFA todas las malas prácticas, que para que estamos con cosas, todos las vemos y las escuchamos a manera de rumor permanentemente".

Blazer disfrutaba de estos viajes, se sacó fotos con todo el mundo, y volvió a su lugar de origen. Ya en esa época evadia impuestos por sumas estratósfericas, pero nadie lo sospechaba, hasta que el IRS (el servicio de impuestos internos de EEUU) descubrió la millonaria evasión, y de ahí a transformarse en informante del FBI, solo hubo un paso.

ACTUALIZACIÓN: Chuck Blazer admite sobornos por sedes de mundial y copas de oro

En la continuación de este escándalo, durante la jornada de este miércoles 03 de junio, Blazer admitió que él, junto a otros directivos FIFA aceptaron sobornos millonarios para asignar sedes de mundiales de fútbol y otras copas.

"A principios o alrededor del 2004 y hasta el 2011, yo y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA acordamos aceptar sobornos en conjunción con la elección de Sudáfrica como nación sede de la Copa Mundial del 2010" reza su declaración a la fiscalía de EEUU.

"Durante mi asociación con FIFA y CONCACAF, entre otras cosas [...] accedí con otras personas alrededor de 1992 para facilitar la aceptación de un soborno ligado a la selección de la nación sede para la Copa Mundial de 1998"

"Alrededor de 1993 y con seguimiento hasta inicios de la década de los 2000, yo y otras personas aceptamos sobornos en conjunción con la transmisióny otros derechos para las Copas Oro de 1996, 1998, 2000, 2002 y 2003" señaló ante la justicia norteamericana.