Familiares de víctimas: “Odlanier Mena eludió a la justicia”

02 Octubre 2013

Conocido el suicidio de Odlanier Mena, familiares de víctimas involucradas en los delitos por los que fue enjuiciado, manifestaron su decepción ante el curso de la justicia, sin proceder por los crímenes cometidos por aparatos de inteligencia.

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Luego que se conociera el suicidio de Odlanier Mena, el pasado sábado 28 de septiembre, familiares de las víctimas que se incluyen en las causas por las que fue enjuiciado lamentaron que no se cumpliera la condena fijada por su participación en violaciones a los derechos humanos. A juicio de los querellantes, Mena “eludió la justicia” al atentar contra su vida.

Odlanier Mena, director de la CNI, fue condenado a seis años por la muerte de tres dirigentes socialistas en Arica, en el marco de la Caravana de la Muerte. Era el único con beneficio de salida los fines de semana, quien se trasladaba hasta su domicilio en Las Condes, donde se suicidó, en rechazo al traslado de los internos del Penal Cordillera hasta la cárcel de Punta Peuco.

El militar fue condenado este año por el asesinato del periodista Augusto Carmona, en diciembre de 1977 en la comuna de San Miguel. La también periodista Lucía Sepúlveda, pareja de Carmona en esa época, señala que los responsables de estos delitos lograron evadir los procesos judiciales durante la transición.

“Significa que los principales responsables, empezando por Pinochet, eludieron la justicia hasta el final, y Odlanier Mena siguió el camino del dictador. Esperamos que el resto de los procesados por el crimen efectivamente cumplan la condena”, dijo.

Lucía Sepúlveda subraya hechos donde se reconoce participación de Mena, sin que exista condena. Tal es el caso de la operación ‘Retiro de Televisores’, cuando la CNI fue destinada a desenterrar a detenidos desaparecidos de fosas clandestinas, para luego ser incinerados o arrojados al mar.

La periodista apunta que el general justificó su actuar, señalando que sólo obedecía una orden de Pinochet: “En el caso operación Retiro de Televisores, el tipo confiesa que sabe los detalles y está la gestión de Cuesta Barriga. Un agente señala que Mena tuvo que interrumpir su descanso para enseñar el uso de elementos químicos usados para destruir los cuerpos. Hablamos de delitos horrorosos”.

La situación de Mena abre una interrogante ante los juicios por delitos de lesa humanidad, con militares que aún registran fallos pendientes. A juicio del abogado Eduardo Contreras, esto se explica por la dedicación exclusiva para jueces en estas causas, que sólo fue decretada por la Corte Suprema a 40 años del Golpe de Estado.

Contreras indica que “la demora tiene que ver con que hasta este año, los jueces debían tomar sus causas normales, y destinar atención a las causas de derechos humanos en su tiempo libre. Cuando la Corte Suprema emite su declaración, la acompaña de la decisión de dar dedicación exclusiva, lo que permitirá acelerar los procesos. Esto explica la demora, además de las normas del viejo Código Procesal Penal en relación a la reforma procesal que está vigente”.

El abogado recalca que hay otros homicidios vinculados a Odlanier Mena, director de la Central Nacional de Inteligencia entre 1977 y 1980. En esta etapa es destinado a revisar los procedimientos de la DINA al mando de Manuel Contreras, con quien mantuvo un constante enfrentamiento ante los delitos de lesa humanidad.

En esta línea, los abogados señalan su participación en la muerte de Germán Cortés Rodríguez (18 de enero de 1978), militante del MIR que fue conducido hasta el centro de torturas Villa Grimaldi. También se incluye entre los responsables de la muerte de Federico Álvarez Santibañez (21 de agosto de 1979), quien falleció en la Posta Central, donde llegó con múltiples lesiones luego de pasar por cuarteles de la CNI. Ambos casos son parte del Informe Rettig.

Otro caso que se vincula a la figura de Odlanier Mena es la muerte de la ciudadana uruguaya Mónica Benaroyo, cuyos restos fueron encontrados en 2008 en el regimiento de Arica. El abogado Eduardo Contreras, señala que Benaroyo fue enterrada viva, con la cabeza sobre el suelo, y murió decapitada producto de patadas de los militares. Si bien esta víctima no figura en los registros oficiales de la dictadura, los peritajes ubican su muerte a septiembre de 1973, momento en que Mena era la principal autoridad de este campo militar.