Columna: Democratizar la ULS es contribuir a democratizar la sociedad

16 Septiembre 2015

Por Ignacio Narváez González, Vicepresidente Federación de Estudiantes Universidad de La Serena.

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La Universidad de La Serena se ha movilizado nuevamente, más allá de los problemas cotidianos que tenemos como comunidad universitaria, como estudiantes no queríamos luchar por un microondas para el casino, ni mejorar el wi-fi en los campus sino que luchar por demandas de fondo.

Cuando la universidad se ha ido a toma de los espacios universitarios es porque algo está fallando, es síntoma de una crisis en la cual recién se pueden sentar a dialogar las autoridades con los estudiantes y estas crisis pueden representar verdaderas oportunidades de aprendizaje y maduración.

Este año se ha denunciado los graves casos de corrupción al interior del Departamento de Minas de la universidad, cuyo problema radica en el arriendo de la Mina Escuela a una empresa privada propiedad del grupo Rendic. Producto de ese arriendo, la Mina Escuela no cuenta con las medidas de seguridad mínimas requeridas para su funcionamiento, dejando a los estudiantes sin ese recurso pedagógico con el que contaron generaciones anteriores de mineros de la ULS. Frente a esto, aparte de exigir transparencia de parte de las autoridades y sanciones para los culpables sean quienes sean, fuimos capaces de revelar que la solución a esta problemática no estaba en el sumario administrativo que sigue en curso, sino en que la comunidad universitaria participe de las decisiones que se tomen dentro de la misma.

Desde la creación de la Universidad de La Serena se ha mantenido una forma de gobierno universitario que es autoritario, ya que es solo un grupo reducido de académicos los que toman las decisiones de las que toda la comunidad universitaria es depositaria y el autoritarismo no permite cuestionamientos ni críticas. Además el autoritarismo es clave para mantener la mercantilización del sistema educativo, ya que negando la participación democrática se ha logrado que los intereses de la comunidad universitaria no se interpongan a los intereses de los empresarios que operan desde dentro y fuera de la institución. Esto lo tenía muy claro la dictadura cuando prohibió la participación triestamental (es decir de funcionarios, académicos y estudiantes) en el gobierno universitario.

Durante la extensa movilización, que duró casi tres meses y en el contexto de la derogación del DFL 2 que impedía la participación triestamental con voz y voto en los cuerpos colegiados se lograron avances significativos en el tema de la democratización de la Universidad de La Serena: como estudiantes logramos consensuar con académicos y trabajadores una propuesta de trabajo para el proceso de cambio del Estatuto actual de la casa de estudios, que fueron impuestos por la dictadura en 1981. Este será el primer cambio luego de 34 años de historia de la Universidad de La Serena y para lograr ese objetivo mayor, es preciso generar un cambio cultural al interior de nuestra universidad y es la primera misión que  estudiantes, funcionarios y académicos nos hemos propuesto, discutiremos distintos temas para ayudar a resolver problemáticas de manera triestamental.

Solo generando espacios de encuentro entre estudiantes, funcionarios y académicos de los distintos espacios que componen la universidad, promoviendo en ellos la reflexión crítica respecto de sus condiciones de trabajo y del conjunto del sistema educacional actual, estaremos contribuyendo en algo a la transformación profunda que la sociedad necesita.

Por su índole de universidad estatal (la única de la región de Coquimbo), debemos servir a la ciudadanía que nos sustenta. Las ciencias y las artes que se cultivan al interior de la ULS no pueden ser solo privilegio de los intelectuales: deben estar al servicio de las necesidades del pueblo chileno. Democratizar la ULS es un paso ineludible si queremos una región y un país de ciudadanos soberanos.

Tengo la convicción de que al final de este recorrido, en el que habrá avances y retrocesos, volverán a abrirse las puertas de nuestra universidad. Las salas de clases volverán a vibrar al ritmo de nuestra sociedad.

 

Por: Ignacio Narváez González

Vicepresidente Federación de Estudiantes Universidad de La Serena