Combarbalinas apuestan al uso eficiente de los recursos para emprender

01 Octubre 2013

En Combarbalá poco a poco se está visualizando el turismo como un concepto y una alternativa de desarrollo económico el que crece a partir del 2009 con la instalación del centro astroturístico Cruz del Sur. 

Evelyn Cortés >
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Este año el 27 de septiembre, fecha en que se conmemora el Día Mundial del Turismo se celebró bajo el lema “Turismo y Agua: Proteger nuestro futuro común”, con el especial mensaje enviado desde la Organización Mundial del Turismo a sensibilizar y generar conciencia sobre el papel que tiene el turismo en el cuidado del recurso agua y el uso eficiente  e inteligente en cada uno de los emprendimientos o actividades que se vinculen con el.

En Combarbalá poco a poco se está visualizando el turismo como un concepto y una alternativa de desarrollo económico el que crece a partir del 2009 con la instalación del centro astroturístico Cruz del Sur, el más importante de Sudamérica y con el que se han impulsado ejemplares emprendimientos de turismo sustentable y amigable con el medio ambiente.

Uno de los emprendimientos lo desarrolla la joven Danitza Bugueño junto a su familia en la zona secana de Soruco, allí produce aceite de caléndula, que tiene usos cosméticos con propiedades regenerativas de la piel. El proceso de extracción de la materia prima según cuenta comienza con el cultivo orgánico de la flor, la que se cosecha a mano para mantener la calidad de los compuestos biocactivos. Acá el riego es fundamental y se hace a través de sistema a goteo impulsado por una bomba solar y así aprovechar la escaza agua pero el imperante sol que posee la comuna. Por su parte, la deshidratación de la planta también requiere del astro rey.

“Nosotros apostamos por hacer un emprendimiento amigable con el medio ambiente, con respeto, sin uso de químicos que afecten la piel y con uso eficiente del agua en todos los procesos de elaboración de nuestros productos”, cuenta Bugueño, quien además enseña a turistas de manera vivencial su negocio y su forma de vida.

Un par de kilómetros más al norte de Soruco se encuentra la localidad de Quilitapia, uno de los puntos mayormente afectados por la sequía de los últimos tiempos y donde el desierto avanza a pasos agigantados, pero donde estas barreras no logran que esfuerzos decaigan. Sara Araya junto a su familia y un par de socias trabajan desde el año 2000 en la producción de flores, a la fecha cuentan con 5 viveros donde producen más de 7 finas variedades.

Apoyadas por Indap las floristas logran que ante la necesidad de mantener vivo  sus ingresos económicos y ante la carencia del principal recurso dentro de los procesos de cultivo; el agua, se trabaje de manera sustentable y responsable. Para ello han introducido el sistema de riego a goteo tecnificado y el agua se extrae desde los pozos con una bomba que funciona completamente con energía solar.

Araya comenta que el emprendimiento de las flores es su “sustento familiar y también para otras socias, acá cuidamos de manera muy eficiente el agua, que poco a poco se nos agota pero que apoyadas por los recursos de Indap logramos aprovechar al máximo”, cuenta.