El ataque de los drones

11 Junio 2012

EEUU ha implementado un nuevo tipo de guerra en donde no participan sus soldados en terreno, en que las ejecuciones sin juicio, fuera de sus fronteras, y con reiteradas bajas de civiles inocentes, son manejadas a miles de kilometros de distancia y realizadas por asesinos de metal.

Carlos Ruiz B. >
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El pasado 05 de junio, Estados Unidos anunciaba la muerte del número 2 de Al-Qaeda tras la ejecución de Bin Laden. Pero a la diferencia de quien fue el hombre más buscado del planeta, Abu Yahya al-Libi no fue eliminado con una clásica operación de comandos como fue con Bin Laden. Al-Libi fue muerto, junto a 15 supuestos colaboradores, por los misiles Hellfire disparados por un avión no tripulado. Un "dron" de ataque, que fue dirigido a control remoto.

No es el primero. El ataque que terminó con Abu Yahya al-Libi es uno más de una larga lista de ejecuciones sumarias realizadas por EEUU fuera de sus fronteras, en este caso, en Pakistán. No hubo bajas norteamericanas, no hubo soldados heridos. Tampoco hubo juicio. La suerte de Abu Yahya al-Libi ya estaba decidida desde hace semanas. Estaba en la "Kill List", la lista de la muerte que Obama visa tras escuchar a sus asesores en el pentagono.

La lista de la muerte

Pero para entender este nuevo tipo de guerra, hay que remontarse a la estrategia que EEUU ha estado implementando, o al menos, a la imagen que trata de proyectar al exterior desde hace algunos años. Durante la Guerra del Golfo el Pentagono se encargó de difundir profusamente las imágenes de sus misiles lanzados desde buques en los cuales, con precisión quirúrgica aparentemente, se destruían fábricas de armas, depósitos y objetivos militares en los cuales nunca se veía sangre. Una guerra "aséptica". La realidad distaba obviamente de esa imagen.

Los drones parecían ser la evolución de este tipo de bombardeo. Pero hubo otras razones que impulsaron a Barack Obama para adoptar a estos aviones no tripulados. Lo primero es que la guerra contra el terrorismo de EEUU ya no es contra ejercitos tradicionales como lo fue con Irak. En este caso, son celulas dirigidas por determinados personajes, los cuales conviven muchas veces escondidos entre la población civil.

Lo lógico es apresarlos con fuerzas tradicionales. Pero eso tiene 2 consecuencias: Arriesgar tropas norteamericanas y genera prisioneros que luego son lastres para la imagen del mandatario, quién se comprometió a terminar con Guantanamo. Por ello, mejor matarlos. Y para ello, que mejor que un asesino que no tiene remordimiento como lo es un dron.

Es parte de una guerra "preventiva", en que EEUU elimina a sus potenciales enemigos antes de que cometan cualquier ataque. Pero ¿es eticamente, o al menos, legalmente aceptable esta práctica?. Para EEUU, que en realidad poco le han importado las convenciones y tratados internacionales sobre la materia, pareciera ser que sí.

La mencionada "kill list" es parte de esta seudo validación de asesinatos selectivos, que haciendo un parangón, es la misma manera en que Israel ejecuta a sus potenciales amenazas en cualquier parte del mundo, obviamente sin pedir permiso a nadie, por medio de sus agentes del Mossad. Al no haber un proceso judicial que sentencie la vida o la muerte de los que se encuentran en esa lista, es la potestad del presidente la que autoriza estas ejecuciones sumarias. Es decir, son legales, por que el presidente así lo decide.

Foto abajo: Un Predator lanza sus misiles Hellfire

Una guerra ¿limpia?

Es así que Obama se presenta en los últimos meses como exitoso en esta guerra contra el terrorismo. Sin tener en cuenta los cuestionamientos morales de atacar a determinados sospechosos antes de ejecutar cualquier crimen, los números parecen favorecerle. Ha autorizado 268 ataques con drones controlados desde bases a miles de kilómetros por medio de un joystick, tal como si se estuviese jugando un video juego.

Pero ¿cuantas de estas ejecuciones corresponden realmente a militantes y terroristas?. En la definición de EEUU, todas. Pero existen numerosos reportes de bajas civiles, muchos de ellos, mujeres y niños que estaban en el momento y lugar equivocados. 

En diciembre del 2009, un ataque con drones no solo terminó con Saleh Mohammed al-Anbouri en Yemen. También terminó con la vida de 41 civiles, 22 de ellos niños, cuyos cuerpos quedaron destrozados e irreconocibles al punto de que debieron ser enterrados en una fosa común.

Ese es solo un ejemplo. Por que es común que la CIA o el Pentagono informen de exitosos ataques de drones en que se elimnan determinado número de terroristas. En realidad, no siempre es así. En octubre del 2011 se informaba de la muerte por un ataque de drones de 4 militantes en Waziristan. En realidad fueron solo 2. Entre las víctimas estaban Tariq Aziz, un chico de 16 años que llevaba a su sobrino de 12 años a la casa de su tia cuando fueron alcanzados por los misiles Hellfire de un Predator, uno de los tipos de drones que usa EEUU.

Foto abajo: Shakira, una niña de 4 años que resultó desfiguarada tras el ataque de un dron en Pakistán en el 2009


Lo que parece ser una manera limpia de afrontar una guerra, se salpica con sangre de inocentes, cuando es EEUU el que ofrece 5 mil dólares a informantes para que "marquen" con GPS a posibles objetivos terroristas. Se entenderá que muchas veces, solo por cobrar el dinero, algunos no tengan escrúpulos en marcar a blancos inocentes.

Pero nadie parece levantar una voz firme contra este tipo de excesos. Y así el ataque de los drones, lejos de recordar el título de una obra de ciencia ficción, lamentablemente se convierte cada día en más real, y también, más sangrienta.