Emprender: ser más que “un buen profesional”

18 Agosto 2010
Tanta universidad en Chile, tanto profesional, tanta casa centenaria prometiendo “excelencia”. ¿Cómo distinguirse? ¿Cómo ser ése profesional del que todos dicen “wow, ojalá se me hubiera ocurrido a mí!”?
Equipo El Obser... >
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No es primera vez que escuchas de “emprendimiento”, ¿cierto? Es como si entenderlo y conocerlo ya no fuera suficiente. Como si la presencia de la palabra todos los días en la prensa, en conferencias, en clases y charlas universitarias significara que ya comienza a ser una clave conocida e insuficiente.
¡Pero no os desesperéis, ciudadanos! Nos reunimos con Francisco Santibáñez, director del MBA de la Universidad del Desarrollo. Ese programa ha sido reconocido como el Número 1 en emprendimiento en Latinoamérica por el prestigioso ranking de la revista América Economía: de emprendimiento e innovación, esta gente sabe.
“Empredimiento, antes que nada, es una actitud”, nos explicaba Santibáñez. Es una inclinación positiva que tienen las personas a hacer algo, que en este caso son empresas. Lo clave es la visión: “Lo que nosotros creemos absolutamente necesario es crear emprendedores que tengan esta actitud positiva a hacer las cosas, y la verdad es que eso se forma. Hay personas que nacen emprendedoras, pero la verdad es que todos podemos emprender. Sí necesitamos pasar por un proceso en que nos demos cuenta de que podemos emprender.”
¿Es entonces tan sólo una cuestión de actitud? No tan rápido, señores: a ésa actitud se le aportan herramientas y conocimientos para que el emprendedor sepa identificar dónde está una oportunidad de negocios. Se nutre en un plano un poco más técnico: finanzas, economía, administración de recursos humanos, etc.
Pero sobre esto se ha hablado hace años ya. La clave, lo distinto, lo que falta reforzar según Santibáñez es la valentía del profesional joven que no necesariamente se proyecta como empleado. La bravura de entender que puedes tener una idea y desarrollarla hasta generar una pequeña compañía en torno a ella. Y ojo, que ésa compañía puede estar dentro o fuera de tu actual empresa: “Todavía en Chile tendemos a formar ´buenos profesionales´, pensando en el tipo que llega a las 8, lo hace excelente, y luego ´chao´. Creo que hay que ir más allá, y nuestro programa se basa en eso. Aspiramos no sólo a que la persona haga ´bien la pega´ si no a que emprenda ahí. O afuera, si decide independizarse. Este es un cambio fuerte”, aclara Santibáñez.
Por cierto, lo es. Y se necesita del empleador para potenciarlo: un empleador nuevo, que entienda que la sed de sus profesionales jóvenes y su capacidad de innovar no es una amenaza, si no que una fuerza que puede usarse para beneficio de la compañía. De hecho, explica Santibáñez, hay empresas que están entendiendo ya que éste es el camino para evitar la fuga de talentos: “Una forma de retener a los buenos profesionales es permitirles que emprendan dentro de la empresa, antes de que decidan renunciar y lanzar sus proyectos de manera independiente. Tú puedes dejarlos crecer dentro de la empresa, de mano de ideas nuevas”. Una vía es, por ejemplo, destinar tiempo y recursos para que los empleados puedan proponer ideas nuevas, potenciales nuevas empresas. Si el proyecto se aprueba, “obviamente ésa persona pasa a tener un rol relevante respecto a ése proyecto”, explica Santibáñez, “y seguirá motivado respecto a su pertenencia en la compañía”.
Le hacemos notar que a veces ése empleador no existe. A veces el profesional con muchas ideas es visto como una amenaza. Santibáñez no lo niega, pero señala que ésa es en realidad una oportunidad de convertirnos en factor de cambio: “ese profesional proactivo y lleno de ideas puede ayudar a cambiar un poco la cultura de su empresa. Y si no, bueno, siempre puede comenzar un camino independientemente”.