Expertos plantean que enfermeras y kinesiólogos puedan recetar medicamentos

19 Octubre 2017

Además de otros profesionales de la salud. También proponen impulsar la receta electrónica e incluir la educación farmacológica en el currículum escolar.

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Actualmente en el país un adulto mayor puede consumir cuatro medicamentos distintos al día. Pero ese es el promedio, en algunos casos incluso puede llegar hasta 15 remedios y eso no sólo por el tratamiento de enfermedades crónicas, sino que por automedicación que se genera por otras molestias y el consumo de productos naturales y suplementos alimenticios. 

En Chile la automedicación es un problema de preocupación sanitaria, ya que esa conducta tiene riesgos que pueden ser muy peligrosos para la población: presentar una reacción adversa; que el tratamiento sea ineficaz para su dolencia; enmascarar u ocultar la enfermedad que verdaderamente padece o provocar la muerte y generar resistencia en el caso de los antibióticos, por nombrar algunos efectos. 

Al respecto, el ex presidente del Colegio Médico y actualmente docente de la U. Finis Terrae, Enrique Paris, indicó que la automedicación se produce muchas veces por la falta de acceso a un médico. “Cuando hay listas de espera y no existe la posibilidad de ser atendido a tiempo, el paciente busca su alivio por otras vías y ahí es cuando lee la prensa, ve la publicidad o escucha lo que dice el vecino y compra el medicamento”, dijo en el marco del Coloquio sobre los “Riesgos de la Automedicación”, organizado por IPSUSS de la U. San Sebastián. 

En ese sentido, Paris señaló que “tanto las enfermeras como los kinesiólogos, psicólogos y nutricionistas pueden colaborar en la prescripción médica.  Actualmente el código sanitario sólo autoriza a matronas, odontólogos y médicos, hay que cambiar eso y abrirse a esta posibilidad en algunos hospitales o unidades especializadas”. 

Lo mismo manifestó, Mauricio Huberman, presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile quien explica que en algunos países como Canadá o Brasil “se está haciendo un sistema de recetas por farmacéuticos y otros profesionales sanitarios en algunas áreas y para determinados productos”. 

Receta electrónica 

Otro de los aspectos que enfatizan los expertos es que se debe invertir es la generación de una receta médica electrónica. Desde esa perspectiva, Jaime Sasso académico de Química y Farmacia de la U. San Sebastián, recalcó que se debe “cambiar el modelo de prescripción médica en papel, porque se hace imposible trazar o hacer el seguimiento sobre el uso de la receta, pensando más allá de los medicamentos que se registran en un libro escrito a mano en las farmacias”. 

Enrique Paris apoyó la idea y precisó que “sería muy beneficioso avanzar con la receta electrónica y no es difícil que la receta vaya en un Smartphone, lo que además ayuda a su control y seguimiento. Además tampoco es necesario que el paciente vaya cada vez al médico o al especialista para obtener la prescripción” y en eso juega un rol importante la telemedicina. 

Educar desde el colegio

Otra de las propuestas de los técnicos es incorporar el consumo de los medicamentos dentro de los contenidos de la Educación Básica y Media, al igual que como se hizo con el tabaco y el alcohol, para generar cambios de hábito en las familias.

“Es necesario incorporar este tema en el currículum de los colegios, porque también está el problema del acceso y el tipo de información que nos entrega Internet y no hay cómo regular eso”, dijo Jaime Sasso. 

Juan Roldán, jefe del subdepartamento de Farmacovigilancia del Instituto de Salud Pública coincidió en el tema de la educación pero puso el acento en la atención “porque no le podemos decir a la gente que se prive de una herramienta terapéutica si no tiene acceso oportuno al consejo de un profesional”. 

Además planteó que “se está trabajando en una nueva versión de la Política Nacional de Medicamentos y espera que tenga un abordaje más ambicioso y detallado” en esta materia.