Género y políticas públicas: ¿Hacia dónde vamos?

08 Marzo 2017

La mayor participación de mujeres se concentra en las organizaciones sociales, alcanzando un 27%, sin embargo sigue siendo un porcentaje bajo.

Equipo El Obser... >
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En el marco de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la socióloga y directora alterna del Instituto de Políticas Públicas - Coquimbo de la Universidad Católica del Norte, Daniela Henríquez, se refirió a la situación en la que se encuentran las mujeres de nuestro país, los avances que se han obtenido en materia de género y los desafíos que se plantean para los próximos años.

¿Cómo se encuentra nuestro país en comparación a la situación mundial?

“Chile ha logrado importantes avances, el hecho de tener una presidenta mujer - y que se le llame presidenta y no presidente- es, creo, simbólicamente un paso importante. Pero eso no se traduce, por ejemplo, en que las mujeres tengan una participación similar a los hombres en cargos de autoridad pública. En el caso de las alcaldías, sólo se alcanza un 13% de mujeres alcaldesas para el año 2012 y sólo son mujeres un 16% del congreso para el 2015, según datos del INE”.

La profesional agrega que la mayor participación  de mujeres se concentra en las organizaciones sociales, alcanzando un 27%, sin embargo sigue siendo un porcentaje bajo. “Que haya más participación aquí no es casualidad pues las mujeres, culturalmente, son asociadas a actividades de cuidado y sociales, siendo menos asociadas a actividades reconocidas como masculinas como por ejemplo las empresas. Esto queda demostrado con los datos de la Tercera Encuesta Longitudinal de Empresas del 2013, donde se señala que sólo el 7% de los dueños de grandes empresas en Chile es mujer”.

“El problema no es que las mujeres nos dediquemos a otras actividades en el mercado laboral, el problema es que éstas actividades son menos valoradas que las que realizan los hombres y a su vez, las mujeres son menos valoradas en funciones asociadas a su género, como también en aquellas funciones asociadas a lo masculino”, sostuvo.

A pesar de ello, en  Chile y en el mundo, cada vez se habla más de igualdad entre hombres y mujeres y un gran número de personas está trabajando para cambiar las cosas, “el tema incomoda, genera discusión. Pero siempre los cambios generan incomodidades y es así como se avanza, por supuesto en un marco de respeto y tolerancia por la diversidad de ideas y opiniones”.

ACOSO CALLEJERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Al hablar de igualdad de género y su implementación en las políticas públicas, a nivel nacional,  el panorama se ha ido modificando y el tema se ha instalado en el debate público. Surge entonces, la pregunta “¿cuál sería la manera correcta de comenzar a implementar los estudios de género en las políticas públicas?”

Para la socióloga del IPP, Daniela Henríquez, “las políticas públicas tienen mucho que decir, pues deben trascender a una mirada culturalmente sesgada y en base a datos empíricos, velar por el ejercicio igualitario de derechos de todos los habitantes de un país. Hay temas que por sus consecuencias, es de urgencia legislar como por ejemplo el acoso callejero”.

En ese sentido enfatiza en que  “tocar a una mujer en la calle o en el transporte, abordar a una mujer por cuadras, sacarle fotografías de sus partes íntimas sin consentimiento, decirle obscenidades en un paradero, son prácticas que deben sancionarse pues lamentablemente detrás de todo esto existe el miedo a la violación y no es un miedo infundado, es un miedo que se corresponde a un delito que puede sucederte en cualquier momento. Por eso es importante que la sociedad comprenda que por ejemplo “toquetear” a una mujer en la calle o en el trasporte público no es solamente “inapropiado”  sino que es ilegal, para que las mujeres el día de mañana tengan las herramientas legales para defenderse y sobre todo, para tener menos miedo”.

Por otro lado, la violencia intrafamiliar es otro aspecto importante de legislar ya que sólo se considera como tal la relación donde hay o haya habido convivencia o hijos. Por ello, la violencia en el pololeo queda muchas veces fuera y muchas mujeres que son acosadas por su “ex” no tienen herramientas para defenderse antes de que ocurra violencia física explícita.

¿HACIA DÓNDE DEBEMOS APUNTAR?

En primer lugar, la directora alterna del IPP UCN señaló que “el problema no es la diferencia de roles, el problema es que ésta diferencia sea impuesta culturalmente y las mujeres no tengan (o no tengamos) posibilidad de elegir, sino que más bien ‘debemos’ cumplir con un estereotipo, un deber ser y que ese deber ser sea inculcado en mujeres y hombres de manera arbitraria desde la cuna y a lo largo de toda la vida”.

Y aclara “la igualdad de género no es contra los hombres, también hay muchos estereotipos sobre la masculinidad que apremian a este género por lo que avanzar en igualdad de género, también abre la puerta a que los hombres puedan desenvolverse con mayor libertad”.

Para la profesional la clave es apuntar a cambios culturales ya que la diferencia es cultural, “esto no desconoce que existan diferencias naturales entre los sexos, pero estas no tienen por qué determinar las diferencias que hemos comentado pues no justifican de ninguna manera que las mujeres no puedan desempeñarse al igual que los hombres, en otros ámbitos, lleguen a cargos directivos, entre otros ejemplos. Y sobre todo, las diferencias naturales no tienen por qué justificar la existencia de violencia hacia las mujeres”.

Finalmente Henríquez concluye “se ha avanzado mucho, pero también queda mucho por avanzar. Lo importante es hacer conciencia para que las mujeres y hombres de las próximas generaciones se desenvuelvan de acuerdo a sus verdaderas capacidades intereses y no porque la sociedad les impone ciertas alternativas y no otras”.