Habla el Cabeza de Lápiz: "Soy inocente"

01 Julio 2010
Acusado de violar a su ex esposa, Miguel Ortiz insiste en que no hay ninguna prueba que lo incrimine. Ahora sólo quiere borrar este mal paso y aclarar lo que asegura fue "un mal entendido".
Ignacio Pinto >
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Ningún serenense, quedó ajeno a la información publicada en febrero de este año donde aparecía el popular "Cabeza de Lápiz" acompañado por efectivos de la Policía y siendo detenido en Concón por una presunta violación.
Fue el comentario obligado en cualquier tertulia o reunión de amigos donde aparecían diversas historias sobre este hombre, que en los últimos 40 años se ha transformado en parte del inventario de las calles serenenses.
De paso por La Serena, mientras espera que se realice el juicio oral sobre este caso, Miguel Ortiz visitó a su familia y quiso, "hacer una aclaración de cara a la gente, de lo que en realidad pasó", según cuenta.
Durante un mes y medio estuvo detenido en el penal de Huachalalume y luego trasladado hacia la región de Valparaíso, donde también debió cumplir algunos días de presidio. Sin embargo se apura en desmentir que haya sido a consecuencia de la denuncia de violación, sino que según explica "por no asistir a un juicio pendiente por lesiones graves por un accidente en moto, que ya tuvo un acuerdo reparatorio".
Lo cierto es que sí existe una denuncia en su contra, por eso con una serie de documentos en mano, Ortiz da cuenta de las pruebas con las que enfrentará el juicio en Viña del Mar, donde a fines de este mes deberá responder por los hechos que se le investigan.
De acuerdo a la declaración tomada a la mujer, luego de visitar al hijo de ambos el pasado 9 de julio del 2009, Miguel Ortiz se habría abalanzado en contra de ésta mordiéndola, rasguñándola y procediendo a consumar el acto sexual, algo que él desmiente en forma categórica.
"Soy inocente, este juicio no tiene pies ni cabeza, no existen pruebas biológicas ni nada, yo sólo quería visitar a mi hijo. Me siento igual que la persona de Ñuñoa que fue acusado de violación y terminaron dejándolo libre, esto es un mal entendido, nada más".
Acusa a su ex mujer de querer perjudicarlo y asegura que ella no habría logrado mostrar evidencias suficientes que acreditaran el delito, lo que permitió que saliera en libertad bajo fianza hace algunas semanas, para cerrar el caso en el juicio donde espera que terminen por absolverlo.
"El fiscal ni siquiera se atrevió a darme la cara (...) Hubo un plazo de investigación vencido, otro más, y no lograban encontrar ninguna prueba, mientras yo seguía encerrado", se defiende.
Agradecido del cariño de la gente.
"Una persona me dijo cuando me vio, los íconos de La Serena son El Faro y tú", comenta Ortiz al recordar cómo a través de este mal rato se dio cuenta del respaldo de las personas que lo quieren.
Por eso dice que le interesa limpiar su honra y agradecer a todos quienes le dieron muestras de afecto en este tiempo. "Hay muchas personas que me quieren, que se me han acercado y me dicen \'yo sé que tu te tomas tus copetes, pero de ahi a ser violador jamás\' osea es gente que me conoce, que sabe que aparte de ser grandote y tener la voz fuerte soy incapaz de hacerle daño a alguien", agrega.
Cuenta que en su círculo familiar, fue un golpe muy duro, especialmente porque existían muchas versiones sobre su estado en la cárcel, "yo no quise que mi mamá me fuera a ver, pero supe que la gente incluso inventó que me había suicidado, osea... todo eso te daña, te afecta", dice.
De su experiencia tras las rejas, Ortiz destaca el buen trato que recibió de personal de Gendarmería y de los mismos internos, "muchos me conocían, salían de los módulos y me decían \'ah tu soy el compadre del centro, el guardia\' y cosas así, me trataron muy bien".
Alejado del oficio de guardia, que fue uno de los últimos que se le conoció en La Serena, cuando acompañó al entonces candidato Sebastián Piñera, Ortiz ahora continúa en la Quinta Región como instructor de surf e intentando empezar de cero en compañía de su nueva pareja, "tengo ganas de reiniciar mi vida con esta nueva persona, es tremenda. Está mi madre y está ella", confiesa.
Foto: Gentileza Diario La Región