Hacer mucho, con tan poco: La educación rural científica en Coquimbo

18 Agosto 2014

Según estadísticas entregadas por el Mineduc y que datan del año 2013, en la región de Coquimbo existen 328 escuelas básicas rurales.

Juan Ignacio Martin >
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Por un tema de especialización, dispersión y acceso, la enseñanza científica en las escuelas rurales generalmente no tiene el desarrollo adecuado, en relación a lo que se puede entregar en el radio urbano, por más que los organismos oficiales de educación del país promuevan una paridad en la entrega del conocimiento.

La ruralidad en Chile muchas veces se vincula con pobreza, comparación que puede ser errónea ya que más que una carencia de insumos económicos, la gran diferencia que puede tener una localidad con el radio urbano, es la falta de oportunidades para poder desarrollar actividades y en la que muchas veces por el sólo hecho de estar alejadas a una gran ciudad, se pierde la posibilidad de descubrir nuevos talentos en estas áreas.

Según estadísticas entregadas por el Mineduc y que datan del año 2013, en la región de Coquimbo existen 328 escuelas básicas rurales.

En cuanto a la matrícula, asisten a los establecimientos rurales 11.039 alumnos, estos recintos son atendidos por 1.729 docentes, los cuales, por las características de los establecimientos que concentran mayoritariamente la matrícula de 1º a 6º Básico, no son docentes especialistas como se exige para los niveles superiores del sistema.

Es por esta razón que  sólo se registran docentes especialistas del área científica en Educación Media, donde se desempeñan  aproximadamente, considerando los 103 liceos humanísticos científicos de la región,  172 docentes de biología, 80 de física y 125 de química.

Dado estas cifras y estos datos, cabe preguntar ¿cómo se enseña la ciencia en el mundo rural?

Enseñar con tan poco

Son decenas de profesores del área de las ciencias que emigran a los sectores rurales, algunos como una forma de retribuir lo que ellos recibieron en su preparación, otros para ayudar a cambiar de a poco estas “dispersiones de conocimiento”.

Karla Serín es docente de la Escuela Cielo Claro de Paihuano y muchas veces ha tenido que remar frente a la corriente de la educación. Sus deseos y ganas de trabajar con los más pequeños chocan gran parte de las veces con las escasas posibilidades de desarrollar sus anhelos.

“Nosotros tenemos un pequeño laboratorio, en donde tratamos de llevar a los niños una vez a la semana…buscamos que los niños tengan una mirada científica y aprovechen el sector en dónde  están insertos, su vínculo con la naturaleza y que experimentan día a día”. 

La docente agrega que “aquí los niños no tienen mucho contacto de especie marina, los trato de llevar al laboratorio a experimentar, pero tanto tiempo no le podemos dedicar a la ciencia”.               

Manuel Carreño llegó este año a la comuna de Paihuano a realizar labores de docencia en el Liceo Mistraliano y se ha encontrado con diversas dificultades a la hora de poder plasmar sus deseos en el área científica.

 “La comuna actualmente tiene un déficit en el desarrollo de las ciencias, tanto instrumental, como de contenidos. Pero es una realidad que se repite en varios establecimientos de la zona. La idea es que podamos desarrollar más ciencia en terreno, pero ha sido difícil”, señala el profesor.

Carreño afirma que cuentan con muy poco material para efectuar su trabajo, realidad que es propia del sector rural “no tenemos implementación en el laboratorio o es bastante básica. En los demás establecimientos la realidad es similar, se mantiene la tendencia del deseo, pero no se fomenta demasiado”.

El director del Liceo Mistraliano, Francisco Díaz, es bien crítico con lo que ellos pueden ofrecer, por lo cual con los pocos recursos y oportunidades que tienen tratan de entregarle mayor conocimiento científico a sus alumnos

“En la zona se desarrolla una ciencia del tipo teórica, con visitas a terreno o pequeños experimentos. Pero ciencia, por ejemplo,  la que se realiza con un trabajo en laboratorios, es ahí donde  tenemos una debilidad. Es por esto que queremos subsanar esta situación, entregándole a los estudiantes una mejor formación y que se incentiven en el área de las ciencias”, detalló el directivo.

La luz de esperanza

Hay otra realidad que escapa un poco de esta visión “pesimista” que se tiene de la enseñanza científica en el sector rural. Hay localidades en la región que a pesar de las complicaciones, con ingenio y motivación aportan un grano de arena en la educación rural científica.

Este es el caso de la localidad de Rivadavia, ubicada en la provincia de Elqui. Ahí son decenas de niños que aprovechando sus medios, realizan ciencias y experimentan bajo la atenta mirada de sus docentes.

No tienen grandes espacios de laboratorios o decenas de microscopios, pero con inspiración y astucia logran hacer mucho.

Viviana Salinas profesora de ciencias de 5to a 8vo básico de la escuela Ríos de Elqui señala que “no tenemos muchos insumos, pero se trata de potenciar en los niños el gusto de la ciencia con la actividad experimental; ellos hacen experimentos concretos, para así reencatarlos con el área científica, y así aprovechen lo que tienen y los recursos que tienen”.

Es así como los niños trabajan con la energía eólica o aprovechan la luz del sol para crear pequeños hornos de barro y así cocinar en sus casas o el patio del colegio.

Montegrande es otro lugar donde se ve con esperanza el desarrollo de las ciencias. La directora de la escuela Gabriela Mistral, Geisha Bonilla, afirma al igual que su colega de Rivadavia, que la experimentación es la forma de suplir las carencias de insumos  “acá hemos tratado de potenciar el trabajo con material concreto, que el niño explore las situaciones, poder formular hipótesis y ante ello se puede formar el pensamiento crítico”.

A pesar de esta luz de esperanza, cada uno de los actores está convencido de que hace falta más para lograr una educación científica óptima.

¿Qué se puede hacer para mejorar?

Desde hace algún tiempo el PAR EXPLORA Coquimbo realiza las Itinerancias rurales, una oportunidad de llevar todo el aparataje científico a las zonas más alejadas de la región, buscando cautivar a los más pequeños, generando espacios de debate y conocimiento.

Yessenia Osorio, Ejecutiva GVR del Programa EXPLORA CONICYT, cree que uno de los objetivos principales que tiene la institución es poder llevar la ciencia a los lugares más recónditos del país  “hoy en día el foco del proyecto es que podamos llegar a las localidad más alejadas de la ciudad. Más que privilegiar números, queremos que todos los niños y niñas que están lejos de los grandes polos de desarrollo tengan la posibilidad de conocer la ciencia, llevarlos a laboratorios, tener charlas, entre otras iniciativas”.

En la misma línea aporta el director del PAR EXPLORA Coquimbo, Sergio González, afirmando que “en el área rural hay menos acercamiento con las muestras, por lo que le cuesta insertarse a esto. Para eso sirven las itinerancias rurales, se traslada la “ciencia” de los radios urbanos y se lleva a las escuelas rurales”.

El Ministerio de Educación también busca generar nuevas instancias de educación científica en las escuelas rurales de la región de Coquimbo,  a través del "Programa Educación Básica Rural". Acá se apoya directamente el proceso de implementación curricular en 250 de esas escuelas rurales (76%), focalizadas por su aislamiento geográfico, baja matrícula y gestión pedagógica en aula multigrado.

El Jefe Departamento Regional de Educación, Héctor  Orellana,  destaca que el Mineduc está en constante apoyo a las escuelas rurales y fomentando en desarrollo de actividades científicas “El Ministerio técnicamente ha promovido, como estrategia común de desarrollo curricular de la asignatura en Educación Básica, la indagación científica. Este enfoque fue aplicado en la región en el marco del Proyecto ECBI (“Enseñanza de las Ciencias Basadas en la Indagación”), en la cual participaron tanto escuelas urbanas como rurales de las Comunas de La Higuera, Monte Patria, Los Vilos y Canela”.

No obstante, el deseo de mejorar el trabajo científico en el radio rural, muchas veces cae en conflicto con las complicaciones geográficas o de acceso. Es por esto que es tarea de todos los actores educacionales de la zona y del país, poder potenciar el trabajo en el área más alejada.

En estos lugares puede estar el nuevo Einstein o el próximo Hawking, simplemente necesitan  “un pequeño empujón” para potenciar su talento, es hora de brindarles una mano. 

Comentarios

Imagen de Jose Luis Diaz

Excelente nota!! Tambien

Excelente nota!!

Tambien destacar lo que hace el proyecto Un Alto en el Desierto en Limari.

Saludos