La Serena, una crónica de enfermedades

17 Marzo 2020

Las primeras grandes enfermedades y epidemias que afectaron a Chile se localizaron a principios del periodo de la conquista española y La Serena no fue la excepción. 

Francisco Aspe Bou >
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Las primeras grandes enfermedades y epidemias que afectaron a Chile se localizaron a principios del periodo de la conquista española. Por ejemplo, una de las primeras pestes sanitarias que se registran en la historia de nuestro país, fue la “fiebre tifoidea”, que azotó por primera vez a la provincia de Imperial en el sur de Chile y que rápidamente se expandió hasta llegar a Santiago durante el año 1554. 

Al mismo tiempo, los Mapuches denominaban a esta enfermedad “Chavalongo”, eso quiere decir “dolor de cabeza o fuego en la cabeza”. No obstante, estos contagios masivos permitieron de una u otra forma a los españoles el despoblamiento de ciertos territorios que para ellos eran estratégicos. En consecuencia y, por otra parte, diversas enfermedades fueron apareciendo con los años en territorio chileno, como lo fue; el sarampión, las epidemias de dolor de costado y romadizo, escorbuto, disentería, sífilis, tifus, y la mortífera gripe denominada en 1658 a 1780 como “quebranta huesos” y que actualmente llamamos influenza. De hecho, el jesuita y cronista español Diego de Rosales describe los síntomas del quebranta huesos en una gran estrofa: “molía a uno y le daban dolores de vehementísimos, y con esa calentura y encendimiento grandísimo de la sangre, con un dolor de estomago y flaqueza de cabeza que quitaba el juicio, y no era la peor señal de vida”. A la vez, y sin dejar de lado, los grandes brotes de viruela que se iniciaron intensamente a mediados de 1561. 

Esta transmisión se debió, al desembarco producido en la bahía de Coquimbo, de un buque proveniente del Perú, y que traía consigo al nuevo gobernador Francisco de Villagra en remplazo de García Hurtado de Mendoza. A causa de lo anterior, el contagio se inició rápidamente en la ciudad de La Serena, alcanzando en semanas las ciudades de Santiago y Concepción. Debido a esto, el cronista español Alonso de Góngora y Marmolejo evidenció aquella situación en sus escritos:"desembarcando se inficiono el aire de tal manera, que dio en los indios una enfermedad de viruelas, tan malas que murieron muchos de toda suerte, que fue una pestilencia muy dañosa y por ello decían los indios de guerra, que Villagra no pudiendo sustentarse contra ellos como hechicero, había traído aquella enfermedad para matarlos, de que cierto murieron muchos de los de guerra y de paz". En tanto, y como dice Pedro Ferrer autor de libro “Historia General de la Medicina en Chile”, la viruela fue una “enfermedad que se hizo endémica, presentando de tiempo en tiempo, cada cuatro años más o menos: 1561, 1573, 1590, 1696, 1614, l617,1645, 1664, 1647, 1670, 1693, 1720, 1740, 1758, 1765. 1787, 1788, 1793, 1799,1801, 1802 y 1806”. Por lo visto, La Serena no ha quedado ajena a la aparición de la viruela y otras enfermedades. Con lo cual, cabe destacar, que, durante el año 1614, la ciudad de los campanarios sufre nuevamente una oleada de viruela. Testigo de aquello fue el jesuita Miguel de Olivares, que escribe y relata lo siguiente: “la ciudad de La Serena casi fue despoblada por este mal”. 

En las últimas décadas del siglo XIX, La Serena adquirió nuevos contagios de viruela, sumándose también el colera, lo que impacto firmemente en su población, colocando en alerta a las autoridades locales. De manera que, se construyeron y delimitaron nuevos y diversos lazaretos en la ciudad. Estos lazaretos tenían por objetivo aislar a las personas contagiadas que salían diagnosticadas terminalmente del Hospital San Juan de Dios. Un relato histórico y periodístico de gran magnitud, fueron las publicaciones realizadas por el Diario el Coquimbo, que informaba, que la actual avenida de Aguirre era denominada por los serenenses como la calle del Colera y la Viruela, dado que sus enfermos, salían del hospital y caminaban rumbo al lazareto que se encontraba en la parte alta de La Serena, cercano a lo que hoy es el cementerio municipal. Finalmente, los adelantos en las vacunas, las mejoras en las políticas de higiene y salubridad pública en Chile, hicieron que la mayoría de las enfermedades que se daban periódicamente fueran extinguidas. Esto no quiere decir en absoluto, que, durante las primeras tres décadas del siglo XX, reaparecieron ciertos brotes focalizados en La Serena y Coquimbo de Viruela, Colera y Tuberculosis, pero que fueron controlados oportunamente.