¡No a la guerra!

27 Octubre 2019

Cuando el Presidente de la República dice, como lo dijo Piñera, en cadena nacional, que “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”, puso en marcha una ola de respuestas en favor de la paz.

Gabriel Canihuante >
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Por: Gabriel Canihuante

Una de las características de la comunicación es su irreversibilidad: “Lo dicho, dicho está” y los efectos de una frase pronunciada, aún sin querer, ya no se pueden borrar de la percepción del receptor.

Cuando el Presidente de la República dice, como lo dijo Piñera, en cadena nacional, que “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”, puso en marcha una ola de respuestas en favor de la paz. Alguien tuvo el recuerdo de una hermosa canción de Víctor Jara, “El derecho de vivir en paz” https://www.youtube.com/watch?v=XkXise2bHE0 Y se instaló como respuesta popular.

Y esta melodía unió a generaciones de viejos que se opusieron a la guerra de Estados Unidos contra Vietnam, en los años 60, con los jóvenes secundarios de hoy que evadieron el Metro en Santiago y con todos los chilenos que se oponen a las tremendas desigualdades que vive el país desde hace décadas.

En la Plaza Buenos Aires, en pleno centro de La Serena, en medio de las protestas masivas que cruzan Chile de norte a sur y de mar a cordillera, se presentó una orquesta ciudadana para interpretar y cantar a coro la canción del recordado cantautor. https://www.24horas.cl/regiones/emocionante-manifestacion-cultural-se-vive-en-la-serena-3678276

Jara, por si alguien no lo sabe, es una de las más oprobiosas víctimas de la dictadura militar (1973 – 1989) y se da así, entonces, sin una orquestación internacional ni plan de ninguna especie, que el Presidente Piñera regaló esa oportunidad, la de unir la oposición a la tiranía de Pinochet a la oposición a su gobierno y al sistema en el cual han gobernado presidentes de diversos colores políticos. Porque como se ha dicho hasta memorizarlo, no se trata de 30 pesos (el alza del Metro), sino de 30 años de neoliberalismo extremo.

Cuando se producen actos como el de la Plaza Buenos Aires, la ciudad respira en paz. También cuando en La Serena, casi en silencio mediático, producto de las circunstancias, se lleva a cabo desde el lunes 21 de octubre el Encuentro del Mundo de la Cultura, con la participación de decenas de escritores, varios de ellos provenientes de otros países.

Y, por supuesto, que la ciudad, la Provincia y el país sufren cuando a la guerra declarada por el Presidente responden los enemigos de la cultura que buscan mediante la violencia, el vandalismo, los saqueos y robos, distorsionar el sentido de la protesta.

Escribir en medio de la coyuntura siempre es difícil.

Tarde o temprano sabremos si hay algún tipo de concertación en los actos vandálicos, ya sea de uno u otro lado del abanico político. Por ahora está claro que las protestas nacionales son transversales, no responden a la dicotómica y añeja relación Izquierda o Derecha. La inmensa mayoría de quienes protestan, aunque sea solo golpeando cacerolas en la oscuridad de la noche, no es partidaria de la destrucción de servicios como el transporte, el comercio de abarrotes o el retail, etc. La gran mayoría dice con Víctor: No a la guerra, por el derecho a vivir en paz.