Pan para el pueblo

24 Junio 2020

Hoy les quiero contar la historia de Raquel, trabajadora del sector público que cuando termina su jornada hace pan, que luego va a entregar a una olla común.

Clara Olivares >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Pan, trabajo, justicia y libertad era el grito que se escuchaba con fuerza en las protestas en los años 80, protestas contra la dictadura pero también como reacción ante el incremento de la pobreza.

Hoy en medio de crisis sociosanitaria provocada por el Covid-19, se renueva ese grito de angustia, exigiendo lo básico, lo simple, pero lo que determina la subsistencia, surgen afanes incansables de muchos y muchas por tratar de paliar los efectos del hambre, han surgido ollas comunes, comedores abiertos, cadenas de apoyos, desde diferentes sectores y organizaciones, cada una de esas iniciativas conmueve. Hoy les quiero contar la historia de Raquel, trabajadora del sector público que cuando termina su jornada hace pan, que luego va a entregar a una olla común.

En la simplicidad de la entrega del pan se simboliza la respuesta a ese grito tantas veces escuchado, no dejo de imaginar cuanta hambre se calmará con ese pan que la Raquel amasa, cuantos esfuerzos desinteresados se unen cooperando con harina, con levadura, con manteca, esfuerzos que terminan en la mesa de algún padre o madre que vive la angustia de no poder llevar comida a su hogar.

Hay muchas Raquel en estos momentos en nuestro país, muchas que se esfuerzan por combatir el hambre y la desesperanza sin fotos, sin publicidad, sin humillar a las y los que reciben, sin intentar aprovechar el sufrimiento de otros y otras para publicitar su bondad, a esas personas que como la Raquel hacen su aporte casi en el anonimato, que sólo alza su voz para pedir cooperación en insumos, esas personas son las que renuevan la esperanza en la especie humana.

Duele el hambre del pueblo, se siente el dolor de los que subsistían en el día a día y que ahora ya ni siquiera tienen esa pega precaria, duelen los cesantes bajo el eufemismo del “Empleo Protegido”, duele la desolación y el hambre, duele los que hasta ayer tenían una vida tranquila y que hoy sufren la angustia de la precariedad, del abandono del estado y a ese dolor responde Raquel con lo simple, con lo esencial, con pan.