Resultados SIMCE TIC 2013: La urgencia de contar con estudiantes digitales de avanzada

11 Noviembre 2014

Recibimos los resultados de la prueba SIMCE TIC aplicada durante el 2013 a una muestra de 11.100 estudiantes de segundo medio de nuestro país. Es la segunda vez que conocemos los resultados de esta evaluación, los que, lamentablemente, no muestran avances.

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Los resultados reflejaron que, mientras en el año 2011, un 3.3% de los estudiantes presentaba un nivel avanzado en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para realizar tareas relacionadas con el aprendizaje y el conocimiento, en el 2014 solo lo hace un 1.8%. En cuanto a los resultados de los niveles inicial e intermedio, las cifras no cambiaron significativamente: para el nivel inicial se avanzó desde un 46.2% en el 2011 a un 46.9% el 2013, mientras que para el nivel intermedio la variación fue desde un 50.5% a un 51.3%. A grandes rasgos, esto significa que los estudiantes sólo son capaces de navegar por internet e integrar información, pero no se encuentran preparados para aplicaciones de mayor envergadura, que son las que nuestro país requiere para contar con capital humano avanzado.

Por otra parte, un 88,8% de los alumnos señalan que cuentan con computador en su hogar, mientras que un 76% de ellos cuenta con conexión a internet, situación que sí constituye un avance en conectividad.

Los datos obtenidos invitan a reflexionar acerca de cuán alineados están los objetivos de aprendizaje de la asignatura de tecnología en los colegios con la alfabetización digital esperada. ¿Contamos con herramientas de monitoreo y evaluación que den cuenta del alcance de estos asociados al eje TIC? Los estudiantes, ¿están adquiriendo alfabetización digital desde contextos fuera de la educación formal, acentuando la brecha digital a partir de las oportunidades sociales y económicas de cada uno?

Lo anterior resalta la urgencia de contar con políticas públicas en educación con miras hacia la formación de habilidades digitales de orden superior que atiendan los cambios que está experimentando nuestra sociedad. Una buena forma de avanzar sería conectar la diversidad de ambientes de aprendizaje, logrando que éstos se complementen y consigan ser significativos en una era donde la información sobrepasa las plataformas en que la escuela de antaño alfabetizaba a sus estudiantes.

La importancia de integrar tecnologías en la sala de clases radica en la amplia gama de oportunidades que éstas presentan en la formación de los estudiantes. Nuestra sociedad ha cambiado y la forma en que nuestros alumnos aprenden también, toda vez que éstos ya no soportan estar 90 minutos seguidos frente a un pizarrón, copiando lo que el profesor escribe o dicta. Hoy, las tecnologías son omnipresentes y configuran un nuevo escenario de interacción social en el que la educación como institución tiene mucho que aportar.

En la actualidad, nuestros niños nos exigen ser creativos, buscar soluciones, aprender cosas nuevas, encontrar información, analizarla, utilizarla y comunicarla de manera efectiva, siendo todas ellas capacidades necesarias para este mundo en constante transformación.

Para atender estos cambios, es fundamental que el currículo nacional dé cabida a metodologías que permitan a cada estudiante aprender de acuerdo a sus intereses y estilos, para lo cual es necesario contar con herramientas que hagan posible este cambio. Es aquí donde la tecnología, mediante su potencial, puede realizar un aporte importante si la consideramos como una herramienta en el proceso educativo.

Hace unas semanas, Subtel dio a conocer la encuesta nacional de usos de internet, en donde las redes sociales y las áreas de entretención eran las zonas de mayor intensidad de uso por parte del público, especialmente en los jóvenes. Ello puede ser una respuesta al descenso en el nivel avanzado que el Simce TIC 2013 arrojó: si bien es cierto utilizamos cada vez más las tecnologías, dicho uso no se está enfocando hacia fines productivos ni educativos. Ese es un desafío que debemos trabajar como país, pues si no integramos las tecnologías en el aula, iremos perdiendo paulatinamente competitividad y no tendremos la tan anhelada educación de calidad. Si no comenzamos ahora, nuestros hijos marcharán virtualmente para exigir una nueva forma de aprender, pero esta vez adecuada a sus intereses y no a la de los padres y profesores.

Catalina Araya Lira

Directora Educación

Fundación País Digital