Sr. Político, si quiere saber como erradicar la delincuencia en una sola lección, lea...
Sr. Político, si quiere saber como erradicar la delincuencia en una sola lección, lea...
No hace mucho tiempo que vivimos los “apasionantes” debates de los políticos cuando se prepa-raban a disputar en las urnas el sillón presidencial.
Pasó el tiempo, salió la presidenta, y ya todos los temas se han olvidado.
Uno de los más apasionantes debates fue el de la
delincuencia.
Fuera de
Chilevisión, que sabe como explotarla en sus noticieros, y los suje-tos que la sufren, nadie más se ha vuelto a preocupar de ella.
En aquellos días, con mi espíritu de ayudar a resolver el problema, escribí a varios de los presi-denciables, (yo no soy político), dándoles una serie de ideas para erradicar la delincuencia en un dos por tres.
He llegado a la conclusión que, en realidad, nadie quiere erradicar la delincuencia puesto que la fórmula que presento es orgánica y no pretende hacer ningún daño a nadie puesto que se per-mite a todo aquel que quiera robar, ¡que robe! Pero que pague, como todos pagamos, no como el Sistema Judicial Penal quiere que pague, puesto que a él no le cuesta nada.
Me explico:
A mi modo de ver creo se ha perdido el foco del asunto.
Lo único que me acuerdo de mi olvidada carrera militar, alférez de caballería, es que cuando uno entra en batalla, para ganarla, la tiene que pelear en el mismo terreno pero con superioridad de potencia de fuego.
Esto quiere decir que para ganar terreno usamos la infantería y no la aviación.
El código de
Hammurabi comienza con una ley que nos da un principio: Nadie es culpable hasta que sea demostrado.
El otro lo tomamos de la Biblia, antes de la venida de Cristo, se juzgaba bajo la igualdad de “
ojo por ojo, diente por diente”; es decir, uno tiene que pagar en la medida de la ofensa. (
Nada que ver con lo que la gente entiende por este principio que algunos matemáticos la han llegado a llamar la ley del ojo al cuadrado)
Estos dos principios nos definen la necesidad de los tribunales y de las leyes, pero no nos asegu-ran que, cumplidos estos dos requisitos, los resultados sean buenos si, ni los jueces saben lo que tienen que hacer y, aún en el caso que lo sepan hacer, las leyes son ridículas.
¿Por qué?
Las leyes actuales están dirigidas hacia la privación de la libertad del que rompe la ley. ¡Ridículo!
La mayoría de los delitos son contra las personas o la propiedad.
Entiendo que si al más opulento rey del mundo, le quitan la libertad, este va a sufrir. Pero que lleven a la cárcel a un muchacho de una pobre población, analfabeto y sin plata para comer, no es un castigo,
¡es un premio!La realidad es que la igualdad se convierte en desigualdad con beneficio para el delincuente; re-sultado: aumento de la delincuencia.
O ¿qué esperaban?
El enfoque está equivocado.
Para eliminar la delincuencia, solamente hay que hacer pagar al delincuente por el daño causado a las personas que los causó.
Con esto en mente eliminamos la delincuencia en dos días y los debates también, pues ahora los políticos se tienen que poner a trabajar en cómo se hace eso.
¿Qué cómo se hace esto? Muy simple.
No hay que tocar las leyes, solamente hay que hacer una tabla de equivalencias y traducir los días de reclusión por dinero a pagar al afectado y a este sumarle el costo diario de mantenimien-to al delincuente, aproximadamente unos 14.000 pesos diarios (ya que si hoy cuesta 7.000 con la nueva medida y sin que metan manos los políticos, por lo menos se va a ir al doble) más los costos adicionales que el Sr. Juez estime convenientes; además, como todos deben participar en esto, a la boleta le agregamos el 19% del IVA para que el SII se quede contento.
Con esto establecemos la igualdad porque ¡let face it! Lo que el delincuente quiere es plata. Así que pague con plata, no con pérdida de libertad.
Ahora tenemos que ver cómo le hacemos pagar al recluso.
¡Facilísimo!
Las cárceles ya no son cárceles, sino Centros de Preparación Laboral Acelerada en la mañana y talleres y oficinas de trabajo en las tardes.
Las universidades de Chile, como parte de los proyectos de postgrado de sus alumnos, se tienen que dirigir al diseño, puesta en marcha y funcionamiento de estos Centros. (
Eliminamos pitutos)
Estos serán divididos por tipos de trabajo con definición de puestos (job description) y salario de cada uno de ellos, prestaciones sociales, Fonasa, etc.
En los centros de detención se podrá entrar sin saber nada y poco a poco llegar a egresarse con títulos universitarios. (Y hasta doctorado, pues no en balde dicen los sicólogos que los delincuen-tes son individuos con gran inteligencia y altos poderes de liderazgo)
Se formarán empresas dirigidas por profesionales (bien pagados) con planes de comercialización de los productos y servicios generados por los
Centros de Tra-bajo y con la obligación de obtener beneficios.
Estas empresas serán las responsables de generar los fondos que vayan pagando a todos los afectados por las delincuencias de sus empleados.
Los resultados de estas empresas serán publicados trimestralmente.
¿Qué a qué se van a dedicar estas empresas?
"I thought you never ask" - Sumamente simple.
Se hace una lista de todas las necesidades que tienen todos los establecimientos públicos del país, desde limpiar las calles, hasta tendido de redes con cableado estructurado Clase 6. Pasan-do por mantenimiento del parque móvil, estudios económicos y programación en Java y redes Linux.
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Al principio de la pena el delincuente deberá ser recluido hasta que se acostumbre a su horario.
Una vez que pase esta etapa, la más difícil de todas pues tendrá que aprender a ser puntual, podrá irse a su casa, siempre que cumpla sus horarios de trabajo.
Todo gasto generado por el delincuente le será imputado y se registrará este en su nota de gas-tos y estos irán siendo acumulados en una cuenta corriente que se le abrirá en un banco chileno, que están de más entrenados para hacerle subir la deuda y cobrar, si este no paga a tiempo.
Todo esto se llevará a cabo hasta que acabe de pagar su deuda.
Si esto que sugiero se pone en práctica, les aseguro que la delincuencia desaparece al mínimo en el tiempo que quede el sistema funcionando. (Y pobre del que caiga en mi banco).
Además, sin darse cuenta, se reinsertará a la sociedad un gran número de personas calificadas y capacitadas que hoy son delincuentes porque no tienen más remedio y, con eso, la frase de “pa-gó su deuda con la sociedad” será una verdad y no una idiotez, como lo es ahora.
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