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La peor sequía en más de un siglo afecta al valle del Limarí de acuerdo a las estadísticas de la Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí que datan de 1897 a la actualidad. La falta de lluvias ha llegado al octavo año consecutivo y hace temer la pérdida de miles de cultivos y de unos 35 mil puestos de trabajo en los próximos meses, según estimaciones de los agricultores de la zona.

Este año sólo ha precipitado 1.8 mm y las posibilidades de lluvia son prácticamente nulas ya que ni siquiera han habido nubes factibles de ser estimuladas con yoduro de plata que era la esperanza de aumentar las posibilidades de precipitaciones de agua y nieve en la cordillera, lo que tampoco ha ocurrido como se esperaba.

La principal diferencia con sequías anteriores - como la que hizo crisis en 1996 -  es que la actual se produce antes de la temporada de riego y no después como fue en esa oportunidad. Además, la superficie productiva aumentó de 18 mil a más de 40 mil hectáreas desde entonces.

Zona de catástrofe es la petición que más de hace sentir en las últimas semanas por parte de los distintos sectores involucrados ya que la temporada de riego y de floración de árboles se produce durante agosto y septiembre que es cuando más agua se necesita. Se requieren adoptar medidas urgentes dice el alcalde de Monte Patria, Juan Carlos Castillo. “Estamos  pidiendo la declaración de Zona de Catástrofe porque en más de cien años jamás habíamos tenido esta pluviometría tan baja de 1.8 mm. En los últimos ocho años hemos tenido una permanente disminución de los caudales de toda la cuenca del río Limarí y podríamos perder entre 30 a 35 mil puestos de trabajo y perder la producción si no llueve de aquí a final de año y todo esto nos tiene muy complicados”.

LA PALOMA EN NIVELES CRITICOS

El embalse La Paloma,  principal sistema de acopio de agua de la región, desciende a un promedio de 50 centímetros cada día según mediciones de algunos regantes. La represa está en niveles inquietantes ya que de los 750 millones de m3 de capacidad máxima hoy sólo tiene algo más de 100 millones. Jaime Heredia, director de la Asociación de Canalistas de Semita, sostiene que en los próximos dos meses se debieran de impermeabilizar los canales para aprovechar al máximo el poco recurso existente. “La situación en realidad es compleja. Estamos proponiendo hace rato (al Gobierno) optimizar y distribuir el agua que tenemos. La única solución viable que vemos es la impermeabilización de los canales con geomembranas que es barato y rápido... pero tiene que implementarse ya porque el tiempo se nos acaba”, sostiene.

La captación de agua desde el embalse ha descendido unos 700 metros, que son los metros de tubería adicional que ha tenido que instalar la agrícola “San Clemente” de Huanilla para extraer el agua utilizando motobombas y construyendo pozos. La falta de agua es notoria. En los cerros está marcada la línea natural del máximo embalsado que ya no existe en sectores de El Palqui Bajo donde ahora hay tierra y cimientos del desaparecido pueblo que estuvo sumergido en las aguas del Paloma.

Este lunes el alcalde Castillo, parlamentarios y agricultores de la zona se reunirán en Santiago con las autoridades del Gobierno Central. El propósito es que se declare  zona de catástrofe por sequía al menos a las provincias de Limarí y Choapa en una región que ya tiene decreto de escasez hídrica.