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Es un hecho, ya no hay vuelta atrás, todos nos estamos organizando para ver cómo y dónde celebraremos un nuevo 18 de septiembre. Fecha de reunión familiar, con los amigos, paseos, actividades al aire libre y sobre todo días donde la gastronomía chilena es la protagonista indiscutida.

Las fiestas patrias son la excusa perfecta para comer empanadas, choripanes, anticuchos y tomar chicha, terremotos, jotes y toda mezcla de brebajes que la creatividad permita y sin culpa. Durante estos días de fiestas subimos en promedio 3 kilos con el consecuente daño a nuestro organismo que no sólo ganó peso sino que además fue recargado de alcohol, grasas saturadas y sal.

“La subida de peso durante las fiestas patrias se debe a los excesos propios de la fecha, nos damos permiso para no fijarnos en cuánto comemos y tomamos, ya que lo importante es pasarlo bien y salir de la rutina. Es fundamental tener presente que todo lo que consumamos se verá reflejado en la posterioridad y siempre bajar esos kilos de más se transforma en un desafío” explica el doctor Pedro Barreda, especialista en nutrición. 

Esto no quiere decir que esté mal darse licencias, afirma la doctora Verónica Gaete, médico especialista en nutrición de adolescentes y directora de la Corporación SerJoven, “está súper bien darse permisos durante las celebraciones, pero hay que tener en cuenta que a algunas personas el tema del peso les es especialmente importante y estos permisos pueden repercutirles en las metas que les han costado mucho alcanzar.”

Por su parte, la nutricionista y asesora de Herbalife, Katherine Larraguibel, afirma que en estas fechas la idea no es andar preocupadas de las calorías, pero sí hacer algunos pequeños cambios que harán la diferencia. Lo primero que recomienda es que sólo un día de este fin de semana largo nos demos licencia y nos permitamos comer un poco más, pero que el resto de los asados los disfrutemos de manera inteligente, compensando las calorías que consumimos y siguiendo estos simples consejos a la hora de estar frente a la parrilla:

Carnes: Preferir los cortes más magros, por ejemplo, el abastero, asado carnicero o filete, en vez de lomo vetado o lomo liso. Con sólo este cambio vamos a disminuir bastante las calorías consumidas.

Pollo: Las carnes blancas a la parrilla, como el pollo, deben ser cocinadas sin el cuero. No sirve sacárselo después ya que la carne absorbe su grasa. “Cocínelas bien aliñadas para encontrarlas más sabrosas”, propone Larraguibel.

Choripán: Definitivamente evitarlo. Los embutidos son altos en grasas saturadas, por lo que la nutricionista aconseja preferir alternativas como anticuchos de carnes magras con verduras.

Alcoholes: Mucho del sobrepeso que ganamos en estas fiestas es por el exceso de alcohol que ingerimos. El alcohol es un azúcar, entonces entre más grados alcohólicos tiene un trago, más azúcar posee. Por ejemplo, el vino, la champaña brut o extra brut e incluso una cerveza, son mejores en comparación a los destilados como el pisco o ron que tienen muchos más grados de alcohol y por ende son mucho más calóricos.

“Los tragos tienen demasiadas calorías, por ejemplo, un vaso de piscola tiene 200-300 y no tomamos ni una ni dos, entonces si vas sumando, son muchas calorías. Un hombre de 1.70 cms. no necesita más de 2 mil calorías diarias, no más que eso y una empanada tiene 500, entonces, sumamos, sumamos y sumamos y nos pasamos”, explica la asesora de Herbalife.

Bebidas: Respecto de las bebidas sin alcohol, el doctor Pedro Barreda aconseja preferir las sin azúcar. “Las comidas que ingerimos en fiestas patrias nos producen mucha sed debido a su alto contenido de sodio y calorías. Sáciela con agua o bebidas light, ¡no con chicha! Ésta consúmala con moderación pues 100 ml contienen 300 calorías, es decir, un vaso promedio (200 ml) serían ¡600 calorías!”.  

Acompañamientos: Siempre trate de elegir ensaladas verdes y crudas para acompañar el asado y elimine el aceite de su aliño, así hará un gran ahorro, pues cada cucharada de aceite aporta alrededor de 120 calorías, independiente de su tipo. “Si hace un pebre, no le agregue aceite, no lo va a echar de menos, pues es una preparación muy condimentada” asegura Katherine Larraguibel. “Todos los tipos de aceite tienen las mismas calorías, lo único que varía es cómo se oxidan y cómo se adhieren a nuestras arterias. El de oliva es tan bueno y reconocido porque al calentarlo se oxida menos y es mejor para nuestra salud, a diferencia de un aceite de maravilla que se oxida más y resulta ser más dañino. Pero no se trata de que el de oliva tenga menos calorías, sino que es más sano para nuestra salud cardiovascular. Por eso, si queremos cuidar los kilos, lo ideal es preparar muchos alimentos sin aceite.”

Otro aspecto relevante asegura la nutricionista, es que en estos días de excesos tengamos presente la “compensación” de calorías. “Si nos vamos a salir de la dieta en el almuerzo y nos vamos a comer por ejemplo una empanada, es importante que en la tarde y en la noche las comidas sean hipocalóricas, como un lácteo descremado de once y en la cena una taza de ensalada cruda con un huevo duro”.

Sin embargo y para tranquilidad de algunos afortunados, según la doctora Verónica Gaete, también hay que tener en cuenta la capacidad de nuestros cuerpos para quemar calorías, “en algunos casos no va a ser necesario empezar una dieta severa para bajar los kilitos que se aumentaron durante las fiestas patrias, sino que simplemente volver a la rutina de alimentación y de ejercicio normal hará que en uno o dos meses el peso haya vuelto al que se tenía antes”.