Un Laptop para Cada Niño

21 Julio 2006
Las oportunidades y amenezas que se abren con el proyecto de Nicholas Negroponte.
Alberto Precht >
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Introduciéndonos al tema:
El proyecto de Nicholas Negroponte surgido en el media Lab del MIT, conocido como el Laptop a 100 dólares, crea una nueva realidad en cuanto a masificación de tecnologías. Esta sería una mirada simplista de analizarlo, pero en realidad tras este histórico mega proyecto comienzan a surgir una serie de variantes que sin duda definirán el devenir de la humanidad en los próximos años.
Para el año 2006, Negroponte estima que se fabricarán 5 millones de estos computadores. Hoy existen 50 millones de laptops, para el 2007 señala Negroponte que existirán 150 millones de unidades. Así, en menos de dos años, se triplicaría la cantidad de portátiles. Sin duda estamos en presencia de un nuevo cuaderno, que es a la vez cuaderno, lápiz, libro, teléfono y quizás cuántas cosas más.

En el contexto del proyecto de Negroponte, ya son al menos tres los estados que se han inscrito en la compra de un millón de estas unidades para implementarlos en sus colegios: así China, Tailandia y Brasil, esperan ya contar en un cortísimo plazo con alumnos que trabajen con estas herramientas.
Otro aspecto interesante es el costo, ya que para el 2010, es decir sólo en 4 años más se espera que un portátil pueda ser adquirido por tan sólo 50 o 60 dólares, una oferta que resultará irresistible para cualquier Estado o comunidad.
Oportunidad o tragedia:
El costo cero de la memoria, el cada vez mayor acceso a banda ancha, el apogeo del software libre, sumado a que las máquinas no superarán los 60 dólares, nos entregan un contexto donde no es un sueño imaginar que se provocará una gran revolución en aspectos como la educación, la economía, la política y los medios de comunicación, por señalar sólo algunos casos.
En estos nuevos tiempos nuestra vista más que nunca debe estar enfocada hacia el oriente. Para China e India será muy fácil masificar a grandes escalas el uso de laptops en sus escuelas, y si solamente tomáramos las cifras actuales, podríamos pensar que si estos dos países deciden entregar a cada uno de sus alumnos secundarios uno de estos computadores, tendríamos a 560 millones de usuarios. Es decir 560 millones de jóvenes educándose y comunicándose por la red.

Este proyecto, por otra parte pondrá en serios problemas a Microsoft e Intel, empresas que hoy mantienen por mucho la superioridad en el mercado, ya que Negroponte trabaja en este proyecto con sistemas operativos Linux, procesadores AMD y junto a Google.
Por lo tanto, al menos en lo inmediato, tendremos bajos precios, un protagonismo de China e India, que serán líderes en estas materias con todo lo que esto conlleva y un traspaso de poder en el mundo de la fabricación de tecnologías.
Hasta este punto me he referido a la masificación. Mas falta contestar una interrogante:
¿Qué se hace con estas máquinas?
Más allá de maravillarnos y enceguecernos debemos aprovechar la gran oportunidad que estas herramientas presentan. Pero para eso debemos estar atentos a los peligros que su masificación irresponsable e irreflexiva conlleva. Debemos prepararnos para que sean reales herramientas de educación, y que sean utilizadas en pos del bienestar de la humanidad.
El rol de los padres, del colegio y de los profesores en el proceso educativo, deberá modificarse y adaptarse a estos nuevos tiempos: el rol del profesor debe pasar a ser de orientador del uso de estas herramientas, y para eso debemos reeducar a nuestros maestros con una rápida velocidad, y preparar a los alumnos para un cambio que tendrá magnitudes insospechadas.
En cuanto a la información y los medios de comunicación, la masificación de computadores de este tipo consolidará al periodismo ciudadano pues cada usuario será una fuente de información instantánea, lo que obliga a una urgente revisión y manejo de líneas editoriales y a la creación de nuevos periódicos ciudadanos.
El preparar a nuestros países que en su mayoría serán consumidores de estas tecnologías, y entregarle un trasfondo a su uso, no es adelantarse al futuro sino que entenderlo y prepararse para una revolución silenciosa que ya está a las puertas de consolidarse.
Nuestro desafío debe ser implementar esta tecnología en las escuelas y enseñar su correcto uso entregándole sentido y generando apropiación por parte de los alumnos. Esto debe hacerse con prontitud: el peligro que encierra su mal uso pone en jaque la calidad de nuestras sociedades, pero su utilización como herramientas al servicio del hombre abre ventanas para un mejor futuro.
La necesidad de una política pública con visión en estos temas es grande. Los dilemas éticos, sociales y culturales que se vienen deben ser abordados con prontitud y de manera correcta, para lo que es necesario diseñar desde hoy planes y programas que nos preparen para estos nuevos desafíos. Podemos predecir muchos de los cambios que vendrán, pero lo importante es manejar y orientar sus consecuencias de modo de transformarlas en reales oportunidades.