Las metas humanas

30 Julio 2006
Es hora de recuperar los verdaderos objetivos en nuestras vidas
Gonzalo Plaza >
authenticated user Corresponsal
Es entretenido observar a las personas en la tarea de lograr sus metas en la vida.
Quiero una casa propia.
Quiero tener una familia grande.
Quiero una gran educación para mis hijos.
Quiero un auto para mí y otro para la gordi.
En fin, tantas cosas.
Mientras tanto, el tiempo va pasando y la mayor de las veces a pesar de lo temprano que nos levantamos cada jornada, no vamos logrando esos castillos que alguna vez imaginamos.
Pero, lo peor se produce cuando cumplimos nuestras metas, la inmensa mayoría de las veces, construidas por la mente.
Metas de papel y lápiz.
Metas de agenda.
Metas de agobiantes días largos y noches demasiadas cortas.
Metas de vacaciones cansadoras y de amistades cortas, pero superficiales.
Pero, no todo es tan tétrico.
Algunos empiezan a escuchar. A escucharse.
A escuchar a nuestra parte sabia, esa que la mente sola no puede alcanzar.
Ese espacio en el que vale lo mismo un Toyota Tercel que un AUDI.
Ese espacio que convierte una casa en un hogar.
Ese que nos transforma a nosotros mismos en un hogar.
Espacio vital en el que igual hay que pagar cuentas, quizás endeudarse y a veces llorar de pena, pero que tenemos el consuelo maravilloso de saber que está cuidado por las manos de Dios.
Un Dios infinito y bueno que no distingue entre moros y cristianos, blancos o negros, de izquierda o de derecha.
Que tampoco pesca mucho a las religiones.
Es un Dios simplemente Dios.

Comentarios

Imagen de maricruz

Amo mucho ami novio Esteban

Amo mucho ami novio Esteban estodo para mi

Imagen de Gonzalo Plaza

Bernardita, gracias por tu

Bernardita, gracias por tu cariño.

No sabía que tu segundo nombre era Angélica.
El mismo de mi madre.
Quizás de ahí el sentimiento maternal que siempre me inspiras.

Imagen de Bernardita Angélica

Gonzalo, he leído con mucho

Gonzalo, he leído con mucho agrado tus escritos, tienes un gran potencial, además la sutileza de plantear temas contingentes en forma entretenida y como en este artículo, con una visión filosófica simple y profunda, aunque suene paradojal .Ésta es la vida en la que coexistimos y debemos disfrutarla en todas las instancias.
Un abrazo y felicitaciones.