Después del Paso de la Presidenta...

Queda la sensación que su énfasis estuvo en el marcado apoyo a dos obras que representan para la Región integración y desarrollo, como lo son el aumento de kilómetros de pavimentación hacia el límite fronterizo con Argentina (Descartándose la idea de un pronto túnel en altura) y la colocación de la fecha de inauguración del embalse el Bato.
De igual forma, y era lógico, respaldó el plan de gobierno impulsado por el intendente regional y los ministerios; plan de gobierno que es la suma de las metas que se han propuesto los distintos servicios gubernamentales y en cuyo plan se destacan las obras antes señaladas; así como anuncios realizados por parlamentarios y autoridades locales en orden a dar mayores y mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.
En materia de la salud la Presidenta no se salió del libreto propio, ni se dejó llevar por las demandas evidentes de los agentes sociales vinculados con la salud; no tomó en consideración petitorios consensuados ni se dejó arrastrar por un ambiente que deseoso esperaba algún anuncio que fuera el correlato de un sentir y de una demanda por mejores condiciones materiales y humanas en la atención de salud.
Esta responsabilidad para con el gasto fiscal se entiende en ciertos círculos como conservadurismo; la pregunta es cuándo la Presidenta va darle noticias al país, que fruto del alto precio del cobre, vaya en la dirección de mejorar sustantivamente áreas vitales en toda sociedad como lo son la educación y la salud; otros esperan que todo a su tiempo, es más la discusión se debe dar próximamente cuando se envíe al congreso la ley de presupuesto 2007.
Oportunidad formal y legal, que se ha de aprovechar para insistir en la necesidad de invertir más donde más se requiera; donde sea evidente la carencia y con aquellos sectores más vulnerables. Sectores que con la ayuda de una política social agresiva (Aprovechando la bonanza del cobre) deben dar pasos a una auténtica integración, mejores condiciones de vida, oportunidades de emprender y educarse para vencer la pobreza; y en esta dirección los proyectos y sueños de las ciudades son parte de una demanda no solo individual, sino colectiva y de sentido común.
Róbinson Hernández Rojas.