Rememorando Nuestra Identidad

15 Septiembre 2006
En la celebración del Día del Patrimonio, La Serena promovió el rescate de la identidad local, abriendo sus edificios históricos y realizando actividades tradicionales que integraron a la sociedad serenense
Maritza Blanco Vidal >
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La Serena es la única ciudad de Chile que ha podido conservar, a pesar de los propios serenenses, el estilo colonial característico de las ciudades de América Latina. El devolver a la ciudad su clásico estilo arquitectónico y su primitiva perspectiva del océano y el valle es una obra que no sólo tiene un alcance de urbanismo local, sino que mira al interés nacional. La Serena será la primera ciudad de Chile que se podrá exhibir a los ojos de América como la más fiel exponente de toda línea de civilización y cultura, a través de la pureza y regularidad de su estilo criollo, auténticamente chileno e inspirado en las obras clásicas de la arquitectura nacional como La Moneda, Casa Colorada, Convento San Francisco y la arquitectura autóctona del norte chico, obra de los arquitectos anónimos que actuaron en la época del auge minero, en el curso del siglo XIX ”.

Las palabras del ex Presidente de la República, Gabriel Gonzalez Videla son retratadas en el libro "En Busca de la Identidad" del arqueólogo y profesor de historia, Gonzalo Ampuero, amigo personal del ex Presidente. Para Ampuero, las palabras explican la preferencia del ex Presidente, hacia un estilo neocolonial que terminó por acoplarse muy bien a la identidad de la segunda ciudad más antigua de Chile.
La historia colonial de La Serena se remonta a 1544 cuando el español Juan Bohón funda la ciudad en la ribera norte del río, lo que hoy es Las Compañías. Bastó una sublevación de los indígenas oriundos de la zona, para que ésta fuera destruida. En 1549 la ciudad es refundada por Francisco de Aguirre, bajo la orden del entonces Gobernador, Pedro de Valdivia.

Durante la colonia, las principales actividades eran la agricultura, minería, y ganadería. Sin embargo, durante este período la ciudad fue víctima de ataques y saqueos de piratas, siendo el más dañino el incendio provocado por el corsario inglés Sharp, que provocó el desplazamiento de las personas hacia áreas más protegidas. En el siglo XIX, la ciudad se transforma en centro de la actividad minera, la que alcanza su auge hacia el 1850. La evolución urbana se detiene hacia fines del siglo XIX y sólo en 1920 comienza a gestarse un nuevo auge económico basado en la minería del hierro.

Plan Serena

Con una expansión continua, entre los años 1946 y 1952 se aplica el llamado Plan Serena, obra del Presidente Gonzalez Videla. Durante los años cincuenta, la mayoría de los edificios antiguos, condenados a desaparecer, promueven el interés por conservar la ciudad histórica y el tejido urbano, lo que fundamenta el, entonces, proyecto. Esta idea busca dar una identidad a la ciudad, embellecerla e integrarla al patrimonio de Chile. El Plan Serena y el patrimonio urbanístico que lo antecedió imprimen una identidad única a la ciudad, diferente al resto de las ciudades chilenas. “El estilo neocolonial estaba de moda en América. El arquitecto Martín Noel impuso la moda en La Serena” comenta en su oficina del Museo Arqueológico de La Serena, un entusiasmado Ampuero, Secretario Ejecutivo del Consejo Regional de Monumentos Nacionales.

La arquitectura del Plan no es propiamente serenense, considerando que, anterior a él, ya existían el edificio del Arzobispado y el Municipio, paradójicamente, el mayor símbolo del neocolonialismo impuesto por Videla, en la construcción del Liceo de Niñas, Liceo de Hombres, o el edificio que alberga la rectoría de la actual Universidad de La Serena, entre otras muchas obras.
Identidad religiosa

La antigua y señorial ciudad no sólo es conocida por las construcciones de estilo sevillano que inspiran la arquitectura, sino también por sus playas, balnearios y clima. Sin embargo, hay algo que hace de esta ciudad la más religiosa del país: sus iglesias de piedra.
Por su antigüedad, ya en 1555, arribaron desde el Perú los primeros religiosos. Primero los Mercedarios y luego, los Franciscanos que se instalaron en la ciudad construyendo las primeras capillas. Sin embargo, los Dominicos, fundaron una capellanía hacia el año 1615 abocada a evangelizar, tarea que se expandió dejando como recuerdo ermitas y capillas. Esta es la razón por la cual La Serena tiene tantas iglesias, que hasta hoy, causan admiración.

Si bien la primera ermita construída es la que hoy conocemos como capilla de Santa Inés, es la Iglesia San Francisco, ícono religioso por excelencia.

Los franciscanos fueron los primeros en construir una iglesia sólida y definitiva. La primera piedra de la iglesia se colocó y bendijo en 1590, hasta que en 1627 pudo ser inaugurada y consagrada a señora de la buena esperanza. Los terremotos han causado diversas grietas que han obligado a restaurarla varias veces, sin embargo, sus piedras siguen siendo las mismas.

Celebración nacional
Cada último domingo del mes de mayo, se celebra en Chile el Día del Patrimonio. A nivel regional “el consejo determina una comuna que hace cabeza. Este año correspondió a La Serena. En esa oportunidad, junto con la ceremonia, hubo en la plaza juegos tradicionales, muestra de gastronomita típica de la región, cantores de cueca y los museos abiertos a la comunidad” dice Robinson Hernández, Director de Comunicaciones de la Municipalidad de La Serena y gestor de la actividad.

Con respecto al tema del patrimonio, es necesario entender que éste no es sólo manifestación arquitectónica.
“Hay que abrir la mente a la gente pues el patrimonio no es solo la obra gruesa, sino también lo intangible. Estamos abriendo la plaza a otras muestras para que la gente diga éste es parte de mi patrimonio”
dice Hernández.

Por otro lado, Ampuero, en su rol de máxima autoridad del Consejo Regional, explica que hay dos tipos de patrimonio, uno material y otro asociado a los valores “la identidad popular es clara, tú te identificas por oposición o afección, con tu forma de ser, cultura y entorno, es eso lo que se quiere rescatar con este día, a pesar de que todos los días pasemos por delante de lo mismo”.
Patrimonio y Educación

La ex Seremi de Turismo y Actual Seremi de Educación, Cecilia Prats habla sobre la necesidad de un “espacio de reflexión respecto a los espacios educativos y la valoración del patrimonio por parte de los alumnos, la idea es que junto con la infraestructura de las escuelas, éstas sean representativas del lugar” explicando que la nueva propuesta educativa es incorporar identidad a la infraestructura escolar, y para ello, se ha trabajado con arquitectos locales, padres y alumnos de las escuelas, tanto rurales como urbanas, para transformar un espacio netamente educativo, en uno más acogedor y recreativo. “Reflexionamos sobre lo que significa esta infraestructura que tiene relación con el espacio de participación de padres, alumnos y docentes, en un entorno grato, con colores que ayuden a una incorporación y desarrollo en los niños. Todos los espacios que ahora se están creando están mirando a la comunidad, al participación la dignidad, hacia la equidad”, agrega.

El cómo crear una identidad en el lugar responde al desafío del Core, que financia parte de este proyecto, Gobierno y Comunidad. Principalmente, los arquitectos que han construido, han rescatado el patrimonio de la gente y el lugar, como sucedió en la nueva Escuela de Gualliguaica, que tiene que ver con el retraso patrimonial que ellos vivieron. La escuela está construída acorde a lo que ellos vivieron como comunidad y el drástico cambio sufrido, mirando, a su vez, al embalse Puclaro, donde están sus orígenes.

Finalmente, Prats señala que la nueva propuesta es crear obras de arte de escuela, las que nacen de la propia escuela, independiente de quien haga la obra, “lo que queremos es consensuado por la comunidad escolar, ellos van a decidir qué es lo que quieren”, recalcó.