Cuide su trasero

09 Marzo 2007
El apogeo del agarrón descarado preocupa a las usuarias del Transantiago y es un fenómeno que se hace presente en el resto del territorio chileno.
Cristian Pizarro >
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Debe quedar claro: esto no quiere decir que mis cachetes están disponibles para algún agarrón de las suaves manos de una fémina, pero sí creo que es un fenómeno digno de comentar.
Con estas aglomeraciones que se producen en el Metro, producto del mal funcionamiento del Transantiago, no bastaba con los problemas habituales: Cierre de estaciones, trenes atestados de gente, retrasos, filas, sino que los más pillines y rotos se están dedicando a pellizcar las pompas de las mujeres.
Saliendo de ese ejemplo y en términos generales, justamente el hombre cae en esta extraña forma de manifestar su excitación y deseo por la protuberante parte íntima de alguna mujer. Normalmente algunos somos mirones y contemplamos la belleza femenina desde el punto de vista de la creación, la perfección y el detalle, aunque usted no lo crea.
Ahora en mis conversaciones frecuentes con un amigo personal, quise preguntarle ¿Por qué las mujeres no corren mano a los hombres? Su sutil respuesta: “el hombre se excita más rápido y por eso actúa. A la mujer hay que prepararla, pero cuando esta lista, agarra y no la suelta”.
Pero en el conciente colectivo esta “claro” que las mujeres son unas señoritas que no caerán en la tentación del “divino pilliscón”, pese a que mi experiencia y la de otros hombres, (sobre todo aquellos que trabajan de garzones) diga lo contrario.
Para explicar este suceso del agarrón, que sale a relucir con todo lo ocurrido en el Transantiago, conversé con la Licenciada en Ciencias Familiares y Sexológicas, Verónica Abbott, quien además es Directora Regional de la Universidad Central – La Serena.
Verónica comenta que el perfil de quien “estira la mano con malas intenciones”, no necesariamente presenta alguna patología que lo incita a actuar, pues son conductas ocasionales, motivadas por un contexto donde la aglomeración de gente, coopera para sacar a relucir costumbres que se guardan en el anonimato”.
Pero un detallito no menor. Cuando he estado con amigos que sufren de este masajito subliminal, el ego se les sube inmediatamente. Juran que el pilliscón en el trasero fue porque son unos sujetos irresistibles ante las manos antojadizas de algunas mujeres. Y bueno puede que así sea.
Cuando las mujeres caen en la tentación, “lo hacen como un gesto de osadía, probándose ellas mismas, pero no es el mismo objetivo que persigue el hombre, quien experimenta satisfacción sexual, toqueteos de roce, erecciones y eyaculaciones cuando esta expuesto largamente a esa situación”. Y de este roce, es que sale a relucir la popular frase del “rayón de pintura”.
Muchas historias nacen en torno a la tan popular “corrida de mano”, que por más cómica que pueda resulta para algunos, es una situación molesta que igualmente denota cierto grado de problema sicológico – sexual cuando se torna una actividad frecuente.
Es la nueva realidad que tienen que enfrentar las mujeres que día a día se exponen en las estaciones de trenes o sobre el Transantiago y que obviamente podemos sufrir en cualquier lugar.
Hasta ahora la tendencia indica que los hombres son quienes más “atacan a las presas”, situación que se relaciona con el espacio íntimo. El espacio de las mujeres esta muy regulado y bien definido, mientras que en el hombre, el espacio es mucho más amplio, su conducta sexual se desarrolla en distintos lugares y con diferentes personas.
Así que mujeres, mientras la tendencia sea hacia los hombres, deben cuidar sus traseros para evitar el desagradable momento.

Comentarios

Imagen de luigi

Náyade:

Náyade:

A esas que pican con alfileres sería bueno meterles un navajazo. La violencia de género ejercida por la mujer es brutal e impune, conta lo que la Prensa vendida suele decir.

Imagen de Claudia Parra A.

No pude leer la nota, porque

No pude leer la nota, porque ando media apurada, pero más que todo escribo para saludarte Cristian y deseando que estes muy bien...se que nada que ver los saludos por aquí, pero es la manera que encontré de poder saludarte amigo a la distancia...desde Arica, la ciudad de la eterna primavera...chau!

Imagen de Pedro

El problema de los

El problema de los "agarrones" es cultural y poco o nada tiene que ver con el Transantiago. Sin falsa pacatería, la acción de "correr mano" revela sólo cobardía, complejos sexuales y falta de educación. No mezclemos peras con manzanas achacándole al transporte el bajo nivel cultural de muchos de nuestros compatriotas. Además, bien sabemos que no es un fenómeno reciente.El comentario de Náyade es acertado, es invasión de privacidad, cobardía e inaceptable justificar tal atropello expresando que se trata de una moda.

Imagen de Nayade Aguirre

Nadie tiene derecho a

Nadie tiene derecho a invadir tan violentamente tu privacidad aunque sea una moda o tradicion de otra cultura.

Lo mas preocupante es que los"hombres osados" generalmente se lo hacen a niñas o mujeres que ven vulnerables, para que no los delaten y su conducta pase anonima.Sin duda es una conducta muy cobarde.

¿Porque como vas a denunciar a un tipo que "roza" sus genitales a tu cuerpo en forma disimulada cuando la micro esta llena? hay que tener coraje para soportar la tipica solidaridad de genero que tendra el sujeto.

Recuerdo que cuando estudiaba en stgo la recomendacion entre amigas, era andar con un alfiler de gancho para defenderse de estos ataques, ya que ante un ataque se usaba pinchando al sujeto. El argumento de defensa era el mismo que usaria el agresor "la micro va llena, fue casualidad"

¿ porque las mujeres generalmente no damos agarrones?

simplemente porque para nosotras la sexualidad esta mas asociada a la afectividad y dudo que alguna logre extasis dando un agarron a un desconocido.

Imagen de Javier Villalobos

Lo interesante es cuando a

Lo interesante es cuando a tu polola o esposa le agarran las pompas delante tuyo. Seguramente en ese caso, te olvidas moralmente de que eres mirón o agarradero, y menos comprender a ese que te "pellizcó la uva". Pues, creo que algunas mujeres sienten eso, tal vez, el hecho de que sus "pompas" son sagradas para aquél hombre que les espera en casa (o quizás esté pellizcando pompas ajenas en el bagón siguiente). Creo que en España pellizcar pompas es de lo más común y excitante. Acá, parece que el problema radica en que algunos son degeneradamente subidos por el chorro y pa'más remate con eyaculación precoz, así que tal vez un leve pellizcón sea algo coqueto... pero como dice tu amigo personal... hay un tiempo a priori de cocción para comerse el plato de fondo... No vaya a ser que entre broma y broma, del pellizcón pasemos al seno maternal o hacer calzones chinos en el metro.

Imagen de Carlos Rozales

Es cierto Cristián, el

Es cierto Cristián, el agarrón es descarado. En mi experiencia, creo que las mujeres son peligrosas y eso que ocurre socialmente, de pensar que las mujeres son víctimas, es algo que las mismas mujeres se han encargado de mantener vigente. Tu amigo personal tiene razón.

Yo trabajé de mozo cuando era un "lolito" y era bastante frecuente que las mujeres que atendía, me agarraran una de mis "pompas", situación que igualmente te impacta, porque no estas acostumbrado, pero despues de estar harto tiempo ahí, te das cuenta que es parte de tu trabajo.

Los hombres también somos víctimas.