Mapas digitales servirán para determinar qué y dónde plantar en nuestra región

19 Abril 2007
Ciento cincuenta mil hectáreas de suelos, más las características climáticas de toda la región fueron analizadas en el estudio “Alternativas Productivas Frutícolas en la IV Región”.
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En el marco del trabajo por convertir a Chile en una Potencia Alimentaria, el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN) y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en asociación con la SEREMI de Agricultura y la Asociación de Empresas Agrícolas de Productos de Exportación (ASOPROEX), finalizaron un proyecto orientado a impulsar el desarrollo económico de la Región de Coquimbo y atraer nuevas inversiones hacia el sector frutícola.
Para ello, se determinaron las condiciones naturales de los principales valles de la región respecto de la producción de cinco tipos de frutales: mandarinos, limoneros, paltos, nogales y olivos. El resultado permite saber dónde hay mayores opciones de tener una mayor producción de mejor calidad y por lo tanto más rentable con cada uno de ellos.
“La idea es dotar a la región de información técnica para una mejor gestión productiva, pues las inversiones requieren antecedentes de las especies frutícolas de mejor rentabilidad y las más recomendables para cada zona de la región, facilitando así una adecuada toma de decisiones en el rubro frutícola, y disminuyendo los riesgos de la inversión”, explica Gerardo Reyes, encargado del proyecto.
Para el director regional del INIA, Carlos Quiroz, la importancia de este trabajo radica en que “una zonificación técnicamente adecuada de la región permite expresar el potencial de los distintos sectores productivos, de tal manera de plantar las especies donde tengan mayor viabilidad. Se está haciendo con cinco especies en esta etapa, pero tenemos la expectativa de incluir otras más adelante, particularmente siguiendo la línea de posicionar a esta zona como un centro productor de los alimentos que componen la llamada ‘dieta mediterránea”.
Durante el proyecto se aumentó y actualizó información de suelos de 150 mil hectáreas de los valles del Elqui, Limarí, Choapa y Quilimarí, así como de climas para toda la región. Todo ello se cruzó con los requerimientos de los cinco frutales, generando cartas de aptitud frutícola para las especies mencionadas al igual que para la producción de aceite de oliva. El resultado representa una herramienta de calidad para la gestión, inversión, planificación o reorientación del desarrollo de la fruticultura en la región, la que estará disponible para públicos y privados.
Adicionalmente al producto de zonificación, el proyecto generó guías expertas de producción y comercialización, una publicación de estudio de suelos, y cartografía climática a escala 1:250.000 y 1:50.000.
Escrito por: Pablo Portilla, Periodista de INIA, IV región.