La primavera es una de las estaciones preferidas de la mayoría de las personas. Esto es así gracias a su clima cálido, las flores que adornan los distintos paisajes y ese aroma en el aire tan especial. Como plus también podemos destacar que es cuando podemos elegir outfits más alegres y ligeros como faldas, shorts y los infaltables vestidos.

De a poco llega el momento de guardar la ropa invernal y decirle chau a los grandes abrigos, bufandas y guantes. Es hora de lucir esos vestidos frescos y estampados que nos quedaron del verano anterior o, por qué no, de comprar algunos modelos nuevos. Veamos cuáles son los must have de esta temporada.

Largos: outfit relajado con onda

Los vestidos son el gran salvavidas de la moda. Son muy fáciles de combinar, porque sólo hay que pensar en qué zapatillas o zapatos van mejor. Puntualmente los largos, son tendencia cada primavera y esto es así gracias a la versatilidad de sus usos y la gran comodidad.

Más allá de la cuestión de gustos al momento de elegir, ya sean estampados, a lunares o lisos, los vestidos largos te hacen ver más elegante. Se adaptan a distintas situaciones, como puede ser una merienda al aire libre o una reunión nocturna en un bar. Además, son una excelente opción para ir al trabajo y lucir espléndida en el after office.

Una gran ventaja de este tipo de indumentaria es que son frescos para usar cuando hace calor y en caso que en la noche refresque su largo te resguarda del frío. Por esta razón son ideales para estaciones intermedias como la primavera e incluso el otoño

Sin duda, son los elegidos por quienes prefieren estar a la moda sin sacrificar la comodidad.

Cortos: frescura que realza la hermosura

Un vestido corto no tiene por qué ser sinónimo de ajustado e incómodo. La moda de hoy (¡por suerte!) se adapta al estilo de vida que cada persona lleve, eso quiere decir que puedes lucir un gran look sin que eso signifique usar ropa que no se adapte a tu cuerpo y rutina. Como ejemplo la magnífica combinación de vestidos + sneakers, que es todo lo que está bien.

Si bien los largos son sin dudas una gran opción para la primavera, los ganadores del verano son los vestidos cortos. Sentirse fresca cuando las altas temperaturas confabulan contra la buena presencia, es clave. Sumado a que son tendencia aquellos modelos de cortes holgados por lo que no se pegan a la piel y realzan la figura.

¿Cuáles son las mejores telas?

Al momento de elegir el modelo de vestido que quieras sumar a tu guardarropa en esta temporada, es importante que verifiques con qué tipo de material fue confeccionado. Esto te ayudará a que tu nueva adquisición sea la indicada. ¡A tomar nota!:

-  Viscosa o rayón: es una seda artificial elaborada con fibras naturales que es ideal para el verano porque absorbe la humedad y aporta mucha frescura. Esta tela se arruga fácilmente pero es una de las más fáciles de planchar.

- Lino: está presente en los modelos clásicos, se caracteriza por ser fresca, agradable al tacto y muy duradera.

- Algodón: el componente más popular en el mundo de la indumentaria.También es una de la telas más elegidas por alejar la humedad, aportar suavidad y por no necesitar cuidados especiales en lo que respecta a su lavado y secado.

- Seda: es una de las mejores opciones para confeccionar un vestido porque se distingue del resto de telas por ser hipoalergénica, no se deforma y regula la temperatura.

- Acetato: es un producto sintético que imita la seda natural, está fabricado con hilos de fibra de acetato de celulosa y sus principales ventajas son: no se arruga, tampoco se encoge ni se destiñe.

Fuente: unsplash