Miguel Ángel, el joven trompetista de la Región de Coquimbo que brilla y enamora

30 Enero 2021

Es integrante de la Orquesta Sinfónica Regional, dedica 3 horas diarias a su pasión y en sus ratos libres graba pistas musicales y audios para los amigos. Ama a Andacollo y anhela ser solista internacional.

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Al verlo pasar por Urmeneta y la Plaza Videla es un joven más, al igual que muchos de los que transitan por el centro de Andacollo. Le gusta jugar vóleibol, fútbol, es hincha de la U, tiene polola y es alumno regular del 1° Medio del Colegio Parroquial. 

La diferencia está que con 14 años Miguel Ángel Valentín Cuello Castillo pasa más de 3 horas diarias estudiando música para convertirse en un trompetista profesional. 

Lo hace distinto el amor por la música. Y no podía ser de otra manera, considerando que su abuelo Miguel Castillo Lobos y su padre Héctor Cuello son destacados músicos e integrantes de la gran BandaCollo, donde Miguel Ángel hizo sus primeras armas a los 11 años. 

Por ahora le agrada la música popular mexicana y es admirador del trompetista y pianista cubano Arturo Sandoval, quien se ha destacado en la interpretación del jazz. 

MÚSICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA 

En tiempos de pandemia, Miguel Ángel le sacó el máximo de provecho a sus días, puesto que luego de las clases virtuales del colegio se concentraba en la música, a la que le dedica más de 3 horas diarias. Y en sus ratos libres graba pistas musicales y audios para sus amigos. 

“Es decir, vivo, como y sueño música”, cuenta este joven que trabaja a diario para convertirse en un trompetista solista. Agrega que por ahora “estudio en casa y también en la Orquesta Sinfónica Regional de Coquimbo”, que pertenece a la FOJI -Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile-.

LA IMPORTANCIA DE FOJI Y FAMILIA

“Me ha servido mucho para ir adquiriendo conocimientos, además que desde los 9 años integro la orquesta del Colegio Parroquial. Por eso, reitero, vivo para la música. Y ojalá se cumplan mis sueños, ya que me veo siendo un músico destacado a nivel internacional. Sería un sueño que la gente me viera pasar y señalara: ¡Mira, él es un trompetista famoso! Para escuchar eso trabajo fuerte y con mucha pasión”, nos cuenta. 

Miguel Ángel sonríe ante la consulta si se enojaba cuando en casa le pedían que tocara la trompeta, porque muchas veces los niños no comparten lo que les apasiona a sus padres y abuelos. 

“No, por el contrario, eso me hacía feliz. A mí me gusta esto desde que nací, si la música corre por mis venas. Así que mi abuelito y mi padre están orgullosos, además que ellos me indicaron el camino”, relata. 


TOCAR TROMPETA: “ALGO FANTÁSTICO” 

El joven y talentoso trompetista es enfático al indicar que “es fantástico lo que hago. Ya que entrar al mundo de la música a mi edad, conocer gente e iniciar mi carrera, es lo más lindo. A muchos niños les cuesta definir su futuro y ni cuando ingresan a la universidad tienen claro qué desean ser y qué hacer con su vida. Yo, por el contrario, lo tengo definido desde que nací; quiero ser un músico profesional y ya estoy en la ruta que me llevará hasta la meta. Claro que debo trabajar y estudiar mucho para ingresar al Conservatorio, también hay que tener talento y, según los que me conocen, lo tengo. Además de un poco de suerte y seguro que la Chinita me ayudará; ella siempre ayuda”.

Miguel Ángel no se ufana de las cosas que ya ha realizado en la música. Por el contrario, con humildad dice que a “los 11 años me invitaron a grabar en el grupo musical de mi abuelo. Luego grabé dos discos, y el tercero fue un DVD. Además, tuve la oportunidad de tocar en el grupo de mi abuelo en el Festival de La Montaña, fue una experiencia muy linda. Imagínate tocar en una banda, en un festival y que te conozca la gente. ¡Fue bacán!”. 

Muchas veces los sueños chocan con una cruda realidad y no es otra que la falta de recursos, pero este joven andacollino dice que ha tenido suerte, puesto que ha recibido “ayuda de Teck Carmen de Andacollo. Eso es impagable. Me hicieron un aporte en dinero y el primer proyecto lo invertí en una trompeta, y el segundo aporte se convirtió en un estudio: micrófono y audífono. Un tremendo impulso para continuar cultivando mi pasión”.