“Violento Parra”, “Mi barrio: tu mejor compañía” ¿Está siendo ofensivo el humor en Chile?

13 Abril 2021
El humor político de Violento Parra y la rutina de BTS en el programa de Mega no han pasado desapercibidas. ¡Cuéntanos tu opinión!
Raúl Delgado Fe... >
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Comediantes que han despertado carcajadas y críticas.

[OPINIÓN] Los últimos días han proliferado las críticas respecto a rutinas humorísticas presentadas en televisión abierta, se ha visto involucrada la comunidad transexual, los coreanos y hasta Natalia Valdebenito fue criticada en algún momento.

Por supuesto, las opiniones han estado divididas en redes sociales y subyacen preguntas tales como si se deben poner limites al humor, si el humor puede en sí ser ofensivo, si estamos frente a una “generación de cristal” o si nos enfrentamos a una sobrecorreción moralista sin precedentes. Sin profundizar tanto en los detalles de cada rutina envuelta en polémicas durante esta semana, me gustaría abordar brevemente las principales interrogantes que acabo de señalarles.

¿Puede ser ofensivo el humor?

Me gustaría decir que no, que la intención detrás de un buen comediante siempre será provocar risa y hacer pasar un buen rato a la audiencia, que, aunque se toquen temas difíciles y el humor sea “oscuro”, nosotros como espectadores debemos estar conscientes de que se trata de chistes y no de sentencias. Y la verdad creo que todo esto es cierto, sin embargo, como hombre blanco heterosexual con acceso a educación formal me encuentro en el grupo menos oprimido entre los oprimidos, lo que yo he vivido no tiene punto de comparación con las dificultades que viven a diario transgéneros, mujeres, extranjeros, discapacitados, etc. Por tanto, creo que es comprensible el malestar de una persona transgénero al ver que aparece un tipo en la tele buscando hacer reír con experiencias que de seguro le traen los peores recuerdos del mundo.

A lo que quiero llegar, es que el humor no busca ofender, pero puede ofender; debemos respetar que el grupo afectado exprese su malestar, son los riesgos que también asume el comediante al crear su rutina. Eso nos lleva a la siguiente interrogante:

¿Se deben poner límites al humor?

En este sentido, mi opinión es más rotunda: No.

Esta es una pregunta ultra manoseada al entrevistar un comediante y existen respuestas bastante sensatas, tales como el límite del humor es lo chistoso, si deja de ser chistoso comienza ha tener matices y puede interpretarse como ofensivo.

No creo que deban ponerse límites al humor, creo fervientemente que todas las temáticas pueden ser abordadas de forma tan chistosa que lo “ofensivo” en ellas queda relegado a un segundo plano, Sarah Silverman hace chistes sobre violación, un tema complicadísimo, pero logra salir con éxito de estas temáticas, el mismo Felipe Avello ha hecho humor que puede ser tildado de machista, homofóbico, etc. Sin embargo, lo hace de tal forma que sea evidente que eso no es realmente lo que piensa, Bertolt Brecht hace ya bastante tiempo nos enseñó a volver consciente a la audiencia de que se está enfrentado a una ficción, creo que Felipe Avello lo logra.

Aún así, entiendo que una mujer violada se ofenda con Sarah Silverman, entiendo el malestar de una mujer escuchando a Felipe Avello, entiendo incluso si un viejo guatón y pelao se ofende con Tito Fernández (Aunque este caballero tiene peores “trapitos sucios” para criticar), son los riesgos que el comediante debe asumir, y en ellos recae la responsabilidad de, como dije, ser tan chistosos que lo ofensivo pase a segundo plano.

¿Estamos frente a una “generación de cristal”?

Creo que este argumento es muy simplista, no nos enfrentamos a una generación que se ofende por todo, estamos frente a una generación en la que cada persona tiene acceso a internet y puede hacer notar sus opiniones de forma masiva, esto antes no sucedía y no se notaba tanto el malestar de las personas. Lo más probable es que usted, querido lector, conozca pocas personas transgéneros, porque evidentemente son una minoría, por algo se les llama minorías.

Bueno, internet permite que 2.000 transgéneros que ven una rutina humorística que encuentras ofensiva puedan expresar su opinión al mismo tiempo y de forma masiva. No hay generación de cristal, hay globalización de las opiniones que creo es muy distinto.

¿Existe una sobrecorreción moralista?

Yo diría que aquí reside el mayor de los problemas. Confío en que cualquier persona sensata, tal como dije, puede empatizar con una mujer si esta le dice que encontró machista una rutina o con un homosexual si este le dice que la encontró homofóbica. (Nos pasaríamos de egocéntricos al poner nuestra visión personal por sobre la de la persona que vive aquella realidad de la que se pueden estar burlando). El conflicto recae en todos esos miles de personas que se meten a Twitter y a sus redes sociales en busca de atención y likes que se suman a todas las causas políticas, sociales y ecológicas desde la comodidad de su cama y su smartphone, personas llenas de hipocresía con discursos repetidos y poco reflexivos, dispuestas a adoptar aquella opinión que sea tendencia y ojalá la que sea más sencilla de defender.

Son este grueso de personas las que provocan la ilusión de una generación de cristal, las que, amparadas en una superioridad moral ilusoria, finalmente permiten que otros puedan ridiculizar causas tan serias e importantes como el feminismo, el veganismo o la ecología.

Finalmente, creo que existe más de una verdad, más de una sola opinión correcta, creo que aquellas personas que dicen “No se pueden ofender con el humor” están tan en lo cierto como aquellas que de verdad lo sintieron ofensivo.